O7 : no es un sueño

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layla por fin estaba en calma. era esos momentos de soledad donde ella podía pensar con claridad o simplemente no pensar en nada, era su forma de huir de lo que sucedía afuera mientras estaba en su centro de paz.

estaba recostada en su sillón mientras comía galletas de avena, la tele estaba apegada y su celular estaba arriba en su habitación. era solamente ella comiendo mientras miraba el techo con poco interés. pero no quería dormir, no encontraba el sueño, aunque su cabeza seguía llena de pensamientos que cada uno traía arrastrando otro.

hablar con will la había hecho sentir más libre, sin querer le había quitado otro pedacito de peso a su cansancio, aunque aún se sentía insatisfecha.

tan solo quería una última oportunidad para hablar con warren, aunque también, estaba mejor si seguía escapando de él porque así le ahorraría más decepción a su corazón.

quería abrazarlo, pedirle perdón por haberse enamorado, y si podía, quizás una nueva oportunidad que ahora no arruinaría.

aunque de igual forma, ella sabía perfectamente que lo haría. lo arruinaría.

los toques en su puerta fueron ansiosos, y ella solo la miraba con ganas de que quien sea que fuera se largara.

no quería ver a nadie, menos si era will cumpliendo su amenaza de 'te sacaré de ese hoyo donde he quieres hundir'.

se acercó arrastrando sus pies, acomodando su pijama para no verse tan arrugada.

más no esperaba, ver a ese tipo de mechón rojizo con sonrisa apenada cargando un ramo de flores en sus manos llenas de pulseras negras.

se le quedó viendo un buen rato, mientras sentía sus ojitos picar por la emoción de verlo una vez más.

se sentía como un sueño y ella no quería despertar.

layla estaba apunto de decir algo, pero la palma de la mano de warren se interpuso en su camino.

— espera, no digas nada, deja que sea yo quien hable esta vez y te diga que fue lo que sucedió. — avanzó hacia ella, aún sin quitar la mano de su boca. — no soy bueno expresándome bajo palabras. no soy bueno en muchas cosas y aún así quiero intentar cada una de ellas por ti, layla. — miró hacia bajo por unos segundos y después subió su vista para mirar los ojos verdosos de la chica. — me gustas y me gustas demasiado, no sé en qué momento te metiste en mis pensamientos haciendo que estos se vuelvan agobiante y algo fantásticos.

» me gusta estar contigo y no hay día donde no piense en tenerte conmigo, — avanzó un poco más. — sabía perfectamente que terminarías siendo más importante de lo que se suponía que fuera, pero no me importó pues, yo quería también poder llegar a ti. — terminó de cortar la distancia, descansado su frente con la de ella, seguido cerró sus ojos, disfrutando de la calidez ajena. — cuando dijiste que gustabas de mí huí no porque no sintiera lo mismo. sino porque no sabía que hacer con eso.

» quería obtener esas palabras en algún momento, pero jamás me planteé que seguiría después de eso. me asusté y la cagué al alejarme, pero quería aclarar todo, quería hacerme entender que ya no se trataba de will y tú, sino de ti y de mí. — abrió los ojos, sonriendo en el proceso mientras rosaba su nariz con la ajena. — esperaba hacer algo especial, algo que de verdad merecieras, pero he esperado mucho que me he hartado, todo lo que quería de nuevo era estar a tu lado... aunque posiblemente te hice creer que no sentía lo mismo, y lo siento por eso.

él se alejó un poco, retiró su mano del rostro ajeno, esa mano ya ni siquiera estaba cubriendo sus labios, sino que estaba acariciando la mejilla derecha de layla con tanta suavidad, como si temiera lastimarla más.

le tendió el ramo, ese ramo de margaritas blancas con rosado.

los labios de layla temblaron, sujetó el ramo con fuerza en su mano mientras se aventaba al cuerpo ajeno posando sus labios en los del mayor.

ni siquiera podemos decir que fue un beso apasionado, o un beso perfecto, más bien fue un beso desesperado, uno que trataba de indicarle al otro lo mucho que le emocionaba este sentimiento nuevo. un beso desordenado que terminó bañando de rojo las mejillas de ambos.

y cuando se separaron, cuando warren vio los ojitos de layla brillar, supo el por qué ella le gustaba mucho más de lo que había pensado.

𝗳𝗶𝗻gir ── warren x laylaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora