VESP
—¿Cómo te sientes? —me pregunta el mandaloriano, que ya se ha recuperado lo suficiente como para echarme del asiento de piloto y pilotar él mismo la nave.
—¿Te refieres a lo de haber matado al malo, cinco minutos después de descubrir que era mi padre? Me siento genial —suelto con ironía, acomodándome en el asiento del copiloto.
—Vesp... —empieza Din.
—Estoy bien —digo, secamente. —¿Y tú, como estás? Quizás deberíamos hablar de que preferías morir antes que quitarte ese estúpido casco frente a mí —suelto, resentida.
—Ya sabes que ningún ser vivo puede verme el rostro —murmura.
—¿A pesar de que vayas a morir? —le miro por fin, indignada.
—A pesar de que vaya a morir —afirma, con un suspiro.
—No lo entiendo —digo mientras pongo los ojos en blanco y me cruzo de brazos.
—¡Patu! —ríe Grogu desde el asiento de atrás, divertido por mi enfado.
—Din... El Moff Gideon...—trago saliva, recordando la horrible sensación que sentí hace unas horas.
—¿Sí? —pregunta, atento.
—El Moff Gideon, mi padre, era un Sith —digo, sintiendo un escalofrío al pronunciar la palabra. —Lo he sentido, antes, en Nevarro.
El mandaloriano se queda un rato en silencio, pensando en lo que le he dicho.
—Te creo —sentencia finalmente, muy serio.
***
Cuando aterrizamos por fin, los mandalorianos ya nos están esperando. Hombres, mujeres, e incluso niños pequeños se concentran en la orilla del mar con sus cascos y armaduras de beskar. Noto sus pesadas miradas desconfiadas sobre mí nada más tocar el suelo.
—Tranquila —dice Din antes de salir del Razor Crest.
—No me dan miedo —suelto, alzando la barbilla con orgullo, saliendo detrás de Din.
A medida que vamos avanzando, los mandalorianos se apartan, formando un círculo a nuestro alrededor. Noto cómo susurran entre ellos, cuando finalmente nos paramos frente a una mujer mandaloriana, quien parece ser la líder.
—Din Djarin, y Vespera Malakith —saluda ella. —¡Ah! Y el huérfano —dice mirando a Grogu, que se aferra a mis brazos.
—Armera —saluda Din con respeto, con un gesto de cabeza.
La Armera mira de arriba abajo mi atuendo. Mis pantalones ajustados y mi top corto hecho con tiras enrolladas desentonan mucho con las demás personas del lugar.
—Llevas demasiada poca ropa, para ser una Jedi —aprecia ella.
Reprimo una risa, sin desviar mi mirada desafiante de ella.
—Y tú eres demasiado bajita, para ser una guerrera —respondo, mordaz.
Nada más decirlo, algunos de los mandalorianos que estaban más cerca dan un paso hacia mí, no están dispuestos a que le falte el respeto a su líder. Noto por el rabillo del ojo como Din se tensa a mi lado.
Pero la Armera levanta la mano, y todos se detienen.
—Hablemos —dice, invitándonos a seguirla.
Caminamos detrás de ella, entrando en la enorme cueva. Nos detenemos al llegar al final de la misma, donde la Armera se pone a trabajar en la enorme forja mandaloriana.
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Destellos de luz y oscuridad
Fanfiction" Las canciones de hace eones narraban las batallas entre Mandalore el Grande y una Orden de hechiceros Jedi que luchaban con sus poderes". Cuando los caminos de Vespera Malakith, una joven Jedi, y Din Djarin, el Mandaloriano, se cruzan en un moment...