VESP
Sigo esposada por las muñecas, suspendida desde el techo de la sala. El peso de mis brazos me resulta insoportable. Ya no me quedan fuerzas para resistir. La oscuridad acecha a mi alrededor sin cesar, esperando para apoderarse de mí. He gastado toda mi energía en vano, intentando repelerla, pero ahora me siento exhausta, incapaz de resistir por más tiempo.
Siento los párpados pesados, y el sueño empieza a adormecer mis sentidos. El letargo se apodera de mi cuerpo.
Estoy a punto de rendirme, cuando el grito desesperado del Moff Gideon me sobresalta, haciéndome abrir los ojos.
—¡Mis clones por fin iban a ser perfectos! —grita colérico. —Todo lo que hay en mí, ¡mi Fuerza!, añadiéndole la esperanza de vida de ese engendro verde —escupe.
No sé a quién le está hablando, ni siquiera puedo abrir los ojos.
Para eso quería la sangre de Grogu, para crear clones prácticamente inmortales.
—¡Iba a crear un ejército que traería el orden a la Galaxia, gobernado por su Reina Oscura, mi hija! ¡Pero tú los has asfixiado antes de que pudieran dar su primera bocanada de aire! —grita fuera de sí.
Los disparos de un blaster rebotando contra una armadura, me obligan a usar las escasas fuerzas que me quedan para abrir los ojos.
Siento la visión borrosa, pero me esfuerzo por enfocar mi mirada y veo a Din. El Moff Gideon lo ataca violentamente y se enzarzan en una batalla feroz. Los golpes resuenan en la sala, y la tensión se intensifica.
De repente, los tres Guardias Pretorianos irrumpen en escena, con sus capas rojo sangre ondeando a sus espaldas. Se abalanzan sobre Din.
Quiero gritar, soltarme, ayudarle, pero no puedo moverme.
En medio del caos, veo a un droide IG-11 irrumpir en la sala.
—No. No. No. No. No —resuena su voz robótica.
Enfoco un poco más la mirada, y veo al pequeño Grogu dentro de la carcasa del droide. Su expresión es de pura determinación y enfado, al ver que están haciendo daño a su padre. ¿Estoy soñando?
Los tres Guardias Pretorianos se dirigen hacia el niño, apuntándolo con sus armas eléctricas.
Siento cómo mi corazón se detiene.
—¡No! —ruge Din, levantándose del suelo, iniciando una carrera desesperada para salvar a Grogu. Pero el Moff Gideon le dispara por detrás, derribándolo.
El tiempo se ralentiza a mi alrededor, como si estuviera viendo una película en cámara lenta.
Los guardias pretorianos siguen acechando a Grogu. El pequeño da pasos hacia atrás, metido dentro del droide.
De pronto, se cierra una puerta tras los guardias, encerrándolos en una sala junto al pequeño, e impidiéndome ver nada.
Exhalo, exhausta. Reúno toda la concentración posible. Reúno dentro de mí las pocas partículas de fuerza que quedan en mi interior, y me concentro en Grogu. En nuestra conexión. Y entonces, su imagen aparece en mi mente claramente.
Veo cómo los Guardias Pretorianos lo golpean con sus armas, haciendo que salga disparado de la carcasa de IG-11, rodando por el suelo y quedándose indefenso.
El pequeño da un gran salto, y consigue subirse a una plataforma, saliendo del alcance de los Guardias. Pero ellos no se rinden: siguen asediándole, dando golpes.
Grogu los esquiva con agilidad y determinación, pero no podrá aguantar durante mucho rato.
Veo a Din, frente a mí, está exhausto. Aguantando como puede los golpes de Gideon. No aguantará mucho más...
De pronto, Bo-Katan aparece, y se enfrenta al Moff Gideon con su Sable Oscuro. Din corre a ayudar a Grogu.
El caos y la desesperación me invaden. Estoy a punto de cerrar los ojos y rendirme para siempre. No puedo soportar seguir viendo esto.
Pero de pronto, me acuerdo de Grogu, entrenando y jugando conmigo. Riendo y comiendo. Me acuerdo de la cabaña, de la casa de Din. Me acuerdo de los labios de Din sobre los míos. Una sensación totalmente desconocida para mí invade mi cuerpo, llenándolo de una luz que nunca antes había experimentado. Fuerza. En estado puro y brutal.
Una melodía armoniosa resuena en mi mente, reconfortándome y llenándome de coraje.
Siento como fluye a través de mí, revitalizando cada fibra de mi ser, llenándome por completo.
Noto como las esposas que sostienen mis muñecas caen al suelo, emitiendo un sonido sordo.
El Moff Gideon tiene a Bo-Katan arrodillada en el suelo, y contemplo con horror cómo destruye el Sable Oscuro con sus guantes de beskar.
Levanto mis manos y lo empujo lejos de ella, que se levanta de inmediato.
—Ve a por el niño —le digo.
Ella asiente una vez, emprendiendo su camino con determinación.
Me giro lentamente, y sostengo con fuerza mi espada, que emite un brillo blanco y puro.
El Moff Gideon consigue levantarse, y agarra también su sable rojo.
La luz de mi espada ilumina la oscuridad que nos rodea, y siento cómo la energía de la Fuerza fluye a través de mí como nunca antes, infundiéndome coraje y determinación. No permitiré que el miedo o la debilidad me dominen nunca más.
Empiezo a mover rápidamente mi espada, pero su armadura de beskar repele todos mis golpes sin esfuerzo. Mi espada no puede hacer nada contra él.
Estoy exhausta. Él avanza hacia mí, con confianza, bloqueando y contraatacando cada uno de sus golpes. Pierdo el equilibrio, y caigo de espaldas al suelo, y mi padre aparta mi sable de una patada.
—Es tu última oportunidad —dice mientras coloca su sable rojo apuntándome al cuello. —Ríndete, Vespera —me advierte por última vez. —Jamás podrás aprovechar todo tu potencial si no abrazas a la oscuridad.
—Nunca —digo, con determinación.
Utilizo de nuevo mi conexión con Grogu para verle por última vez, aceptando mi destino.
Grogu sostiene a un Guardia Pretoriano con su mano extendida, usando la Fuerza, mientras Din y Bo-Katan repelen como pueden a los otros dos.
De nuevo, una sensación cálida me recorre las venas. Siento que algo va a explotar dentro de mí, y lo dejo salir. Lo último que recuerdo, es un gran estallido blanco, expandiéndose indomable por la sala, y un pitido constante en mis oídos.
ESTÁS LEYENDO
Destellos de luz y oscuridad
Fanfiction" Las canciones de hace eones narraban las batallas entre Mandalore el Grande y una Orden de hechiceros Jedi que luchaban con sus poderes". Cuando los caminos de Vespera Malakith, una joven Jedi, y Din Djarin, el Mandaloriano, se cruzan en un moment...