|'Pensando como los loco, que si no e' tu cuerpo más ninguno toco. Lo de nosotros fue fuera de lo normal,
tú dime si me equivoco'|
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⌜ ೃೀ ೃೀ ⌝ ꧁ O C H O ꧂
2014
Fantaseaba mucho con la idea de que Julián pudiera jugar en River Plate. Yo se que él es muy bueno jugando, y basta con tan solo verlo corriendo detrás de la pelota con la pasión que lo hace.
—Juli, ¿sabes que pensaba el otro día?—le hable mientras me sentaba como indio a su lado sobre el césped de la plaza de nuestro barrio
—¿Qué pensabas?—dijo mientras apoyaba su cabeza en mis piernas
—Que vos vas a llegar muy lejos en eso del fútbol. Yo creo que vas a llegar a jugar un mundial—dije con una sonrisa —Creo no, yo lo sé
—¿En serio pensas eso?—dijo haciendo puchero
—Obvio que si. Vos tenes un re potencial. Mira yo no entiendo mucho de fútbol—dije riendo —pero si entiendo la pasión que tenes por la pelota y tu dedicación.
—Faaa—dijo alargando la "A" —Te quiero un montón Vicky. Ojalá que si—hizo una pausa —Yo me muero si llego a jugar un mundial
entre risas hablé—Nah, no seas tarado, trolo. ¿Y desde cuando vos decís "te quiero"?—dije mirando sus ojos que se iluminaban cada vez que pensaba en jugar profesionalmente —Frío de mierda—susurré
—¿Eh, que te pasa? Cada tanto me pinta la del cariñoso, pero con vos siempre igual, no se que decís—habló
«Con vos siempre igual»
Esa frase me revolvió todo el estómago. Cuando estaba con él, había momentos que me agarraban como unas cosquillitas en la panza, no sabía bien el por qué. Quizá a él le estaba pegando la pubertad fuerte.
—Bue bue, dale, levantá que voy al baño—dije dando golpecitos en su cabeza para que me libere y pueda salir de esa situación incómoda, no sabía cómo manejarlo.
2017
Estaba muy nerviosa, desde las gradas podía observar a Julián corriendo de acá para allá en las pruebas para River Plate en el Monumental.
No me entraba en el cuerpo la felicidad y orgullo que sentía al ver todo lo que estaba por lograr.
El día anterior hablamos por horas por videollamada. No daba más de los nervios. Fijándose que se iba a poner, cómo iba a saludar, él sentía que las piernas no le iban a funcionar.
Comencé a tomar del café que tenía en mi mano, porque el frío en esta época en Buenos Aires, no era nada agradable.
Y con una bufanda que me tapaba casi toda la cara, intentaba que, cada vez que me miraba, le lanzaba una sonrisa. Amaba acompañarlo, más en estos momentos.
