Aviso: +18, contenido sexual, violencia, lenguaje maduro, BDSM ligero, consumo de drogas y alcohol.
Fred Weasley está lejos de sus días dorados como uno de los héroes, está lejos del niño inocente que se unió a la Orden del Fénix hace mucho tiempo.
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╭━━━━━━━━━━━━━━━╮ Two broken souls the same path. ╰━━━━━━━━━━━━━━━╯
Lilith respiró hondo antes de beber un trago de tequila. Hablar con Weasley e incluso el simple hecho de estar cerca de él, la agotaba.
No sabía qué le molestaba más; estar comprometida con ese idiota o no poder defenderse de sus acusaciones de ser una supremacista de sangre porque tenía que fingir que lo era.
No pudo evitar recordar la reacción de Remus cuando le dijo que se iba a casar con Fred. El pobre hombre había arqueado las cejas y se había pasado los dedos por el cabello mientras un suspiro pesado que había dejado escapar resonaba en el oscuro y polvoriento pasaje de las catacumbas de Londres.
Remus sabía que Lilith y Fred Weasley eran una mezcla peligrosa, una fuerte tormenta eléctrica juntos, y su unión podría terminar siendo catastrófica o increíblemente conveniente para la Orden.
Necesitaba que Lilith siguiera espiando para él ya que la Orden aún estaba lejos de estar lista para atacar a la sociedad de los Mortífagos. Por eso había tratado de calmar a Lilith y convencerla de jugar el juego que los Mortífagos querían que jugara y no decirle a Fred la verdad sobre su posición como espía.
Remus sabía que Fred quería ayudar dentro de la Orden, pero el chico de 20 años todavía era demasiado impulsivo y exaltado para mantener el secreto de Lilith mientras fuera necesario.
—Ya estoy cansada de esta mierda.— escuchó Lilith una voz femenina a su lado.
Se dio la vuelta para encontrar a Olivia Lovegood, su mejor amiga, a su lado, apoyada en la mesa donde estaban expuestas las costosas y lujosas bebidas, con los brazos cruzados y una expresión seria en su rostro.
Años atrás una expresión seria en el rostro de Olivia era algo poco común de ver en la chica Lovegood, hoy en día, después de la guerra, era tan común que Lilith ni siquiera se sorprendía.
Olivia era increíblemente hermosa; cabello rubio largo y sedoso de un tono platinado que le recordaba a los Malfoy, ojos azules, mejillas pecosas y nariz puntiaguda.
Había sido considerada una de las chicas Hufflepuff más hermosas de su curso, a pesar de que durante sus años en Hogwarts había sido atacada por la otra casa por no ser una Ravenclaw como todos los demás Lovegoods en la historia.
Ser rechazado por la gente en Hogwarts, excepto por sus propias casas, fue lo que unió a Lilith y Olivia desde esa primera clase de Pociones en el primer año cuando se sentaron juntas.
Desde ese día, habían sido completamente inseparables y Lilith se sintió afortunada de que los Lovegood aceptaran la oferta de tregua de Voldemort porque eso significaba que ella podía estar al lado de Liv.
