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El débil resplandor de la mañana atravesaba las ventanas de la habitación, quise cubrir mi rostro y voltearme pero el frío del suelo no tardó en tocar mi rostro lo cual me hizo sentir aún más confundido, miré a mi alrededor sintiendo una punzada en mi cabeza, todos seguían dormidos, Hyunjin y Jeongin en sus respectivos puff, pero estaban cerca uno del otro, Christopher, era el único que dormía en la cama de Hyunjin, estaba hecho bolita en el medio de ésta, al parecer él único que había dormido cómodo en toda la noche.

Me levanté del suelo, sintiendo todo dar vueltas haciendome retroceder y sentarme en la punta de la cama, volteé rápidamente a ver si no había despertado a Christopher, pero no había señales de que despertaría pronto, mis ojos directamente encontraron el reloj digital que estaba colgado en una de las paredes de la habitación, era demasiado temprano para estar despierto y lo único que pude hacer fue suspirar y acostarme boca arriba lo suficientemente sigiloso para no interrumpir el sueño de Christopher.

Sentía como mis párpados se cerraban y no dudé en gatear más arriba de la cama para dormir un poco más, quedando justamente frente a el rostro de él, se veía tan cómodo y cálido, pude detallar su cara, era bastante pálida aunque unas lindas pecas adornaban la piel alrededor de sus ojos y unas pocas por la nariz, sus pestañas eran largas pero se escondían en los pliegues de sus parpados, una sonrisa se apoderó de mi rostro, cuando despertara él no sabría quién estaba a su lado durmiendo y eso me preocupó, quizá estaba siendo muy confianzudo, pero el sueño me ganó y mis ojos terminaron por cerrarse.

El frío me hizo despertar de nuevo, mi cuerpo estaba temblando, miré a Christopher tapado hasta el cuello con la cobija y no dudé en jalar una de las esquinas para poder taparme ya que era lo suficientemente larga —¿Hyunjin? — habló medio dormido Christopher, pero enseguida abrió sus ojos y parpadeó muchas veces —No...¿Minho? — susurró y mi cuerpo se tensó enseguida.

—Si, soy yo — hablé bajito, jalando la cobija y tapándome lo cual me hacía quedar más cerca de él.

—Lo sé, tu perfume te delató — mi ceño se frunció y enseguida olí mi camisa, el olor estaba impregnado en esta —siempre te delata —

—¿Podrías darme más cobija? — pregunté, tratando de cambiar el tema —mi trasero se está congelando — Christopher sonrió y alzó la cobija pasándola encima de ambos, tapandonos por completo.

—¿Qué haces? — murmuré, ahora todo estaba oscuro pues estábamos debajo de la cobija.

—La respiración de ambos hará que nuestros cuerpos entren en calor rápidamente — trague grueso sintiendo su respiración con olor alcohol chocando en mi rostro, la cama se movió un poco y su cuerpo se sentía mucho más cerca, pero mis párpados seguían pesados y no pasó mucho tiempo para que cayera dormido enseguida, de nuevo.

Pretty Eyes - MINCHAN -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora