Los tres jóvenes habían pasado la noche en casa de Jisung, quien, al haberse desmaquillado y vestido en la estación de servicio, cuando estaban de regreso, apenas recostó su cuerpo en la cama, tuvo la suerte de dormirse con rapidez.
Para Felix, pasar una noche en casa ajena era desperdiciar la compañía de Minho. No sentía el malestar en su estómago, por lo cual supuso que el arcángel se fue apenas su niño favorito estuvo dentro de la casa de su mejor amigo. A salvo de cualquier peligro.
Suspiró con profundidad, moviendo como pudo al joven que estaba dormido sobre la cama, para hacerle un lugar a Christopher. Felix podría dormir en el pequeño sofá individual de la esquina, era diminuto, así que sería cómodo.
—¿Chris? —Susurró, asomándose por el pasillo, sosteniéndose del marco de la puerta. Su amigo, quien había estado vomitando en el baño, se tambaleó de regreso por el pasillo—. ¿Te encuentras bien?
—Total...super bien —Murmuró en respuesta, como pudo.
Felix lo ayudó a caminar hacia la cama, donde le hizo un espacio a un lado de Jisung. Chris se sentó, suspirando, con sus ojos cerrados ante el breve mareo que experimentaba.
—Necesito agua.
El pecoso no perdió el tiempo. Caminó hacia la mochila de su mejor amigo, la cual estaba repleta de cosas para cuando estuviesen camino a la fiesta, encontrando una botella de agua llena. Por supuesto que jamás ofreció, de seguro las reservó para aquel mismo momento.
—Aquí —Caminó, de nuevo, hacia el mayor, abriendo la botella y tendiéndosela—. Tragos pequeños, ¿está bien? Y recuéstate de lado.
Christopher asintió, bebiendo como su amigo le indicó. Una vez terminó, le entregó la botella a Felix, quien la dejó sobre la mesa de noche, a un lado de la cama.
—Gracias, Lixie —Hubo un breve silencio—. Puedo llamarte así, también, ¿verdad? Lo oí de Jisung, y de tu madre. Se oye adorable.
El pecoso asintió, sonriendo con amabilidad—. Claro, no hay ningún problema. Ahora intenta dormir —Ayudó al joven a recostarse de lado, y lo cubrió con las mantas, al igual que a Jisung—. Hace frío, podrían enfermarse —Habló para sí mismo.
En cuestión de segundos, Chris estaba roncando, y aquello provocó que pudiese relajarse en el sofá individual de la esquina, preparado para dormir. Observó la ventana, a través de las cortinas color café, y notó que estaba amaneciendo.
Bueno...tal vez, lo mejor, era dormir en la tarde.
Suspiró, llevando su mirada hacia el techo, y sintiendo como, poco a poco, sus ojos se llenaban de lágrimas. Aquello provocó que su ceño se frunciese, confundido. ¿Por qué se sentía triste? ¿Por qué iba a llorar?
Había aclarado las cosas con Minho, y había tenido una noche inolvidable. Jamás sintió incomodidad, siempre cuidaron de él, y se divirtió mucho. Todo estaba bien... ¿verdad?
No es como si, en aquel momento, tuviese que pensar en la ordinaria rutina donde, haciendo a un lado al Diablo, era ignorado por su padre, acusado por su hermana mayor, y siendo observado por la triste mirada de su madre.
—...supongo que sí —Murmuró, cerrando sus ojos y, sin hacer ni un poco de ruido, permitiendo que las lágrimas fluyeran por sus pálidas mejillas.
Por supuesto que debía de pensarlo, porque fingir que no sucedía...
...lo terminaría matando.
Apenas amaneció, Chris despertó sobresaltado, provocando que Felix lo observase con curiosidad. ¿Querría vomitar? Notó cómo el mayor observaba a su alrededor, desorientado, hasta que Jisung, quien estaba a su lado, dormido, estiró su pierna y tocó el trasero de Christopher con el pie.
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Dancing With The Devil | Minlix
ParanormalEs 1967 y Felix está harto de ser aquel chiquillo religioso al cual todos molestan. Cansado de un dios fingiendo oídos sordos, decide tomar sus propias riendas a escondidas: ¿Qué tan mal podría irle si recurriese al mismísimo Diablo? ¿Qué tan rápido...