Capítulo 4

505 63 6
                                    

Pov Samantha Rivera.

-No puedo creer que Ari se haya ido -Vicky fruncía el ceño, mientras tamborileaba sobre mi escritorio con los dedos.

-Yo sí que puedo -murmuré sombría, y volví a llevarme el vaso lleno de whiskey a la boca.

-Nuvia va a ponerse como loca cuando se entere -Vicky abrió los ojos como platos- Ay, mierda, hasta quizás decida imitarla

-¿Por qué haría eso? -pregunté, paladeando el extraño sonido de mis propias palabras. Mi voz sonaba monocorde, sin inflexiones. Sin sentimientos.

-Hace meses que viene insistiendo con eso de cambiar de bando, ya sabes, ser de los buenos, igual que Ari

-Átala a la cama. Es lo que debería haber hecho yo -susurré, sin ninguna intención de bromear, pero Vicky esbozó una sonrisita.

-Quizás lo intente -respondió, para luego ponerse seria de nuevo- Sabes que volverá, ¿verdad?

-No, no lo sé

-¿Hablaste con Abelardo?

-Sí. Ari pasó por allí cerca de las seis de la mañana, recogió a Alice y se fue. No quiso decirle nada

-Samantha, Ari te adora, esto no será para siempre

-Claro que no lo será. Iré a buscarla, y la traeré a rastras si no coopera

-¿Otro secuestro?

-Si me veo obligada a hacerlo...

Vicky suspiró, y se dejó caer sobre su silla.

-¿Por qué no les hacemos caso?

-¿Qué? -la miré como si le hubiera salido un tentáculo en medio de la frente, y Vicky sonrió levemente, con aquella aura de tranquilidad que siempre la rodeaba, y que tanto me exasperaba a veces.

-Dejar la mafia. De eso hablo, Samantha

-No podemos hacerlo

-¿Por qué no?

-Porque...no. ¿Qué haríamos, Vicky?

-Tú eres abogada, y una excelente empresaria. Sólo deberías comenzar a hacer las cosas de forma... legal. Y yo, bueno, podría estudiar psicología, ya sabes, siempre he querido hacerlo. Sabes que esto es lo que debes hacer para recuperar a Ari, Samantha, recuperarla de verdad, sin nada de secuestros. Podríamos irnos de aquí, muy lejos, a algún lugar en dónde nadie sepa quiénes somos. Comenzar de nuevo. ¿Nunca lo consideraste, Samantha?

Sí. Claro que lo había considerado. Lo había hecho tantas veces.

-Borrón y cuenta nueva, ¿Eh?

-Exacto...

-No es tan fácil, Vicky. ¿Qué haríamos con todo aquí?

-Venderlo. Legarlo. Lo que quieras

Recosté mi cabeza sobre la silla giratoria, y cerré los ojos durante unos segundos.

-Tomará tiempo

-Lo sé, un par de meses quizás

-¿Eso quiere decir que no veré a Ari en un par de meses?

Vicky se encogió de hombros.

-Creo que ayudaría a tu causa ir a buscarla cuando ya hayamos terminado con todo, pero si no crees soportarlo...

-Bien. Esperaré. Pero le haré saber que sé en dónde está, no la quiero tan tranquila

Vicky me rodó los ojos.

Mía | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora