Capítulo 8

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Pov Abril Garza.

-¿¡Nuvia!? -abrí los ojos como platos cuando me encontré a mi cuñada parada frente a la puerta de mi casa al volver del trabajo.

Nuvia se dió vuelta y soltó un suspiro.

-¡Gracias al cielo! Estaba comenzando a pensar que me había equivocado de dirección -luego, súbitamente, me rodeó con sus brazos y me estrechó con fuerza. Inmediatamente le devolví el apretón, a pesar de que todavía seguía paralizada.

-¿Qué haces aquí? ¿Te envió Samantha?

Ella sonrió mientras se inclinaba sobre el coche de Alice y acariciaba las mejillas de mi hija con suavidad.

-¿Cómo está la sobrina más preciosa de todas? -preguntó con una aguda vocecita, y me respondió sin dejar de sonreírle a Alice- No, Samantha no me envió. Quería saber cómo estabas, y digamos que Londres no es el lugar más seguro del mundo para nosotras en este momento

-¿Por qué no?

-Entremos, te lo contaré todo

Nuvia se apresuró a tomar el coche de Alice mientras yo abría la puerta de mi casa con rapidez, e ingresó detrás de mí, mirando todo con ojo crítico.

-Pequeño, pero lindo

-Samantha casi me asesina cuando vio la habitación de hotel en la que estaba viviendo, y alquiló este lugar. Me encanta -respondí, comenzando a sentir la felicidad de tener a mi cuñada y mejor amiga frente a mí- ¿Cómo estás tú? Te he extrañado

Nuvia soltó una risita mientras cargaba a Alice en sus brazos y me seguía hacia la cocina.

-Lo sé, yo también te he extrañado a ti. No podía creerlo cuando Samantha me contó que te habías ido

Torcí el gesto, y Nuvia se instaló en un taburete en la cocina mientras me veía preparar dos tazas de café.

-Estaba furiosa conmigo

-Estaba destrozada. Créeme, Ari, no te quiero hacer sentir mal, ni mucho menos, pero nunca había visto a mi hermana así. Estaba decidida a tomar el coche y salir a buscarte, a donde sea, pero la convencí de que debía pensar con racionalidad. Inmediatamente envió a los espías a buscarte

-Fue fácil encontrarme

-Bastante, sí. Creo que fue por las amenazas de Samantha en caso de que no te encontraran -me estremecí. Sí, podía imaginarlo- Estaba como loca, tirando las cosas de los estantes y realmente pensé que se quedaría calva si seguía tirándose el cabello de esa forma -Nuvia sacudió la cabeza- La tienes a tus pies, Ari, y nunca pensé que le diría eso a nadie

Me mordí el labio mientras dejaba una taza de café frente a ella, y le daba un sorbo a la mía.

-No quería lastimarla, sólo... Hacerla entrar en razón

-Y créeme que lo hiciste. Eres mi heroína, Ari

Rodé los ojos mientras soltaba una risita.

-Fue, definitivamente, la decisión más difícil de mi vida

-Puedo imaginarlo. La amas tanto como ella te ama a ti, ¿verdad?

-Lo hago

Asentí, mientras observaba el oscuro líquido dentro de la taza.

-Sabes que lo están haciendo por nosotras, ¿No?

-¿Hacer qué?

-Salirse de la mafia

-¿Vicky también se está saliendo?

-Claro que sí, y la amo todavía más por eso

-¿Por qué Londres es peligroso para nosotras ahora?

Mía | RivariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora