Pov Abril Garza.
Nuvia sollozó una vez más sobre mi hombro, y yo la estreché más entre mis brazos, dejando que un par de lágrimas también se deslizaran por mis mejillas.
-Ella estará bien, ya lo verás
Otro sollozo.
Miré a Molly desde el asiento trasero del coche, y ella, desde el asiento del conductor, me miró con los ojos muy abiertos.
Estaba nerviosa, y yo también lo estaba.
Estar aparcadas detrás de la casa de Joe Cast no era lo más seguro que podía hacerse, pero no pensaba largarme hasta que Vicky y la estúpida de la madre de mi hija aparecieran por aquel camino de tierra que guiaba al jardín trasero de Cast.
Nuvia sollozó otra vez, y yo sentí un nudo cada vez más grande formándose en mi estómago.
¿Porqué no aparecían de una vez y nos largábamos de allí? ¿Estaría bien Vicky? Por favor, que lo esté.
Lo único que deseaba en aquel momento era verlas aparecer y poder por fin buscar a mi niña de vuelta y comenzar nuestra vida de nuevo. Una vida normal.
Treinta minutos más pasaron, y Molly miraba el espejo retrovisor casi con espanto. Nuvia temblaba en mis brazos y yo lloraba silenciosamente. De tristeza, enfado, e impotencia.
-¡Allí!
Molly gritó y las dos ocupantes más del coche nos giramos con tanta brusquedad que Nuvia consiguió de alguna manera golpearse la cabeza contra el techo del auto, pero ni siquiera se inmutó, y soltó un gritito de alegría cuando identificó a las dos personas que venían corriendo hacia el coche.
Samantha y Vicky.
Inmediatamente, se lanzó a la puerta del auto, pero la sostuve por el brazo,
-Espera -con un dedo señalé detrás de las dos mujeres.
En las sombras de la noche, otras dos figuras venían corriendo detrás gritando improperios.
-¡Arranca el coche, Molly! -Molly obedeció de inmediato, y no llegó a suceder un segundo antes de que un desastre ocurriera dentro del auto, cuando Vicky abrió la puerta del asiento trasero y se lanzó dentro del coche, al mismo tiempo que Samantha se lanzaba en el asiento del acompañante.
-¡Sal de aquí, ahora! -exclamó Samantha, y el coche salió corriendo de allí, levantando una nube de tierra detrás nuestro.
Me dejé caer sobre el asiento, respirando hondo por primera vez en mucho tiempo, y sonreí al ver a Nuvia y Vicky abrazándose con fuerza al lado mío.
Miré hacia adelante, fijando mi vista en la nuca de Samantha, delante mío.
Cómo hubiera deseado que me abrazara muy fuerte entre sus brazos en aquel momento, que me dijera cuánto me amaba y que me asegurara que todo estaría bien ahora. Justo lo que Vicky estaba haciendo con Nuvia. Todo lo contrario a lo que ella había echo.
Una nueva oleada de rabia me recorrió por completo, y como sí la hubiera llamado, Samantha se giró y me miró por encima del hombro.
No pude interpretar su mirada, así que desvíe la mía y me concentré en la ventanilla, deseando con todas mis fuerzas que no notara la lágrima que se deslizó por mi mejilla derecha.
Media hora más tarde, Molly aparcó frente a la casa de Vicky y Nuvia, y se marchó a su hogar.
-¿Se quedarán aquí?
-No, iremos a buscar a Alice ahora mismo
-Samantha, deben estar cansadas
-¿Tú estás cansada? -por primera vez desde que salimos de allí, Samantha se dirigió a mí, y yo negué levemente con la cabeza, sin siquiera mirarla- Ya ven, iremos por Alice ahora, Vicky, ¿Me prestas tu coche?
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Mía | Rivari
FanficSecuela de Suya. Smantha Rivera tiene a su hija y al amor de su vida junto a ella. Nada puede andar mal... ¿O sí? En la mafia, los problemas no son algo que se ausenten por mucho tiempo, y cuando ciertas realidades golpean duro a la pareja, ¿Podrán...