Capítulo 15

2K 257 15
                                    

Las leyendas y los mitos rodeaban el conocido monte Kurama como lo hacían con otras importantes zonas de Japón. El bosque que rodeaba el monte estaba formado por árboles de todos los tamaños, creando una densa capa de hojas verdes que daba forma al mar verde que un ave vería desde e cielo o una persona desde lo alto del monte si miraba hacia el bosque a sus pies dando una de las mejores imágenes para que una mente humana pudiera grabarla.

El monte Kurama se encontraba en la Prefectura de Kioto, cerca de la misma ciudad. Como el mismo monte y los bosques que rodeaban Kioto, la ciudad estaba llena de leyendas y mitos que fueron reforzados tras la aparición casi pública de un demonio frente a los habitantes de la ciudad (tanto personas civiles como soldados o nobles), lo que causó más visitas a los distintos templos situados en la ciudad, pero generando un miedo inmenso a internarse dentro del monte o de los bosques que lo rodeaban.

Se decía que en el monte Kurama vivía el rey y dios de los Tengu, Soujoubou, un ser mítico que había enseñado la esgrima a uno de los legendarios espadachines y samuráis de una época anterior. Hasta la fecha, la única presencia mítica que había tenido la prefectura había sido la aparición de los demonios, la presencia de los cazadores que protegían a las personas de estos seres.

Naruto conocía aquellos bosques y aquella montaña mucho mejor que las familias que habían vivido allí por algunos años. Tenía recuerdos de los bosques cuando los recorrió en su niñez, acompañado de su padre y el hermano de su madre. Incluso en algunas ocasiones lo recorrió con su abuelo antes de que falleciera.

Con el sol en lo alto y los rayos incidiendo sobre el bosque inmenso que se extendía por kilómetros, este parecía mucho más luminoso de lo que el Pilar del Sol lo recordaba. Los últimos momentos que pasó en aquel bosque, en aquel monte, no fueron los mejores momentos que una persona debería pasar. Él al menos no se los desearía ni siquiera a su peor enemigo, aunque este fuera un demonio que probablemente no tendría problemas con tener aquellos momentos.

Mucho menos cuando fue ese demonio quien los incitó.

El espadachín se mantuvo firme frente a lo que parecía una mansión vieja, desgastada por el tiempo y con la madera quemada, sin rastro de vida en lo que parecían décadas, con el polvo posándose en las pequeñas partes, entre las astillas, en el suelo, oscureciendo mucho más la madera ya ennegrecida.

Delicadamente posó la mano en la madera y cerró los ojos, tomando una fuerte bocanada de aire. Cuando movió la puerta, el grueso pasillo del complejo le dio la bienvenida dejando que sus ojos (ahora abiertos) observaran lo que se encontraba detrás del desgastado muro de madera: plantas muertas; pequeñas decoraciones completamente vencidas por el tiempo, derrumbadas sobre hierba seca y muerta. Lo que parecían puertas Tori que llevaban desde la entrada del complejo a la puerta de a casa principal, estaban desgastadas, destrozadas, con astillas y grietas recorriendo el grueso de lo que habían sido sus cuerpos.

Naruto dio el primer paso caminando entre las derrumbadas puertas Tori; entre la hierba seca y ennegrecida por la ceniza que había caído sobre ella y que parecía parte de una maldición, pues no se había ido a pesar de que habían pasado algo más de diez años. Aquella tierra parecía haber sido maldecida desde que aquel complejo fue abandonado.

"Nadie ha tomado la decisión de reconstruirlo, de dárselo a alguien más. Parece como si realmente estuviera maldito desde la masacre, desde que él los mató"

Aquel complejo dentro de los bosques de Kioto, a los pies del monte Kurama, pertenecía a un clan samurái que trabajó para la familia imperial desde hacía siete generaciones, aunque actualmente sus miembros habían sido..."exterminados" llevando al clan a un punto en el que no podría recuperarse, pues solo quedaba un miembro con vida y las posibilidades de que renaciera el clan gracias a él, eran completamente mínimas, llegando a así ser un cero por ciento.

Pilar del SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora