𝗠𝘆 𝗭𝗲𝗿𝗼

𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

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S𝗲𝗻𝘁𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀

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«𝘠𝘶𝘳𝘪𝘬𝘰 𝘒𝘶𝘥𝘰»

Bien, el día había comenzado normal, entrenamiento y luego clases, a todo eso sumenle un Matsuda odioso y obtendrán mi agotamiento mental.

– Oye Yuriko – Preguntó una vez más mientras yo me enfocaba en lo que estaba haciendo sin siquiera mirarle.

– Qué – Pregunté sin ganas y algo cansada.

– ¿Qué harás cuando te gradues? – Le miré dejando de lado la limpieza del salón y alcé una ceja. – ¿Qué? Me refiero a donde irás y a qué rama policial te dedicarás.

– Supongo que serviré al país con honor, lo típico, no me importa si es como agente, detective u otra cosa– Respondí y seguí barriendo mientras el me miraba sentado sobre una mesa. – ¿Y tú?

– Lo que aparezca – Respondió con calma. Una gota de sudor descendió por mi frente mirándolo sin creer lo que oía.

– ¿Para que te uniste a esta academia si todo te da igual?

– No lo entenderías, es... complicado para mi explicarlo...

Asentí, seguí en lo mío tranquilamente hasta que termine, salí de allí lo más rápido que pude a mi habitación para poder darme una ducha. No sentía a Matsuda seguirme, así que estaba tranquila y tan metida en mis pensamientos que choque con alguien.

– Perdón/ ¡Lo siento! – Dijimos ambos a la vez, al abrir mis ojos los profundos ojos azules de Rei me miraban. Se levantó y me ayudó a levantarme pidiéndome nuevamente perdón..

– Lo siento, iba metido en mis pensamientos y no te ví – Habló apenado, yo sólo sonreí y negué.

– Yo también estaba distraída, fue culpa mutua, no te preocupes – Dije moviendo mis manos restandole importancia, sus labios se elevaron formando una sonrisa tan brillante como el mismo sol.

– Ah, algo antes de irme, Hiro me dijo que te invitara a una salida que haremos hoy en la noche, irán los chicos del equipo y algunos de la clase – Habló – ¿irás? – Me lo pensé unos segundos, quizás me haga bien salir y desconectar un rato.

– Esta bien.

– ¡Genial! Nos vemos en el karaoke que esta a unas cuadras de aquí, a las 8  – Dijo despidiéndose de mi con su mano y siguió su camino, sonreí y seguí el mio hasta mi habitación.

Al llegar me tiré sobre mi cama y encendí mi celular, tenía unas 5 llamadas de mi hermano y varios mensajes sin leer. Por lo que a tanta insistencia, decidí llamarlo de vuelta.

– Aló~ – Dije nada más que descolgó la llamada.

– ¿Se puede saber porque no contestas mis llamadas? – Su voz se notaba enojada y/o cansada, suspiré y giré mis ojos.

– Tengo clases, ¿o se te olvido que me metiste aquí a la fuerza?

– Si lo dices así suena mal.

– De cualquier forma suena mal, ¡sabes muy bien que no quiero estar aquí! Este no es mi sueño, Yusaku... – Lo escuché suspirar del otro lado.

– Yuriko, meterte en la academia de danza iba a ser un desperdicio de tus habilidades.

– ¡A la mierda mis habilidades! ¡¿Por qué tu si pudiste seguir tu sueño de ser escritor y yo no pude seguir el mio de ser bailarina?! No me salgas con lo de las habilidades otra vez... ¡o juro que no sabrás de mi hasta el día en que me muera!