–Algo están planeando– susurro Jin a Onan, estaban en la casa alfa de los leones, los guerreros del norte se habían marchado, y Onan había ofrecido que todos pasaran la noche en su clan, así podrían planificar lo que harían a partir de ahora.
–¿Dijiste algo? –– pregunto distraídamente el león, Jin lo miro.
–¿Te encuentras bien?
––Si– dijo el león, pero Jin no le creyó, asintiendo decidió dejarlo pasar.
–Dije que creo que están planeando algo– señalo con la cabeza a los hombres que estaban en la mesa principal del alfa a unos metros más allá, era extraño que Onan no estuviera entre ellos, pero desde que habían regresado antes el león no era el mismo, incluso el consorte de NamJoon le pregunto a su hijo si se sentía bien.
–Seguro que planean algo– Onan estuvo de acuerdo, miro a Jin –Deseo un baño ahora y mi león quiere correr, hay un manantial de agua cerca de aquí, ¿quieres ir o te quieres quedar a ver como ellas siguen confabulándonos mientras nos ignoran? –– Jin rio, aunque Onan no lo hizo.
–No hay nada que correr y un baño de agua fresca no solucionen.
—Eso es lo que pienso– dijo el león poniéndose de pie. Jin hizo lo mismo, JungKook inmediatamente lo miro, Jin rodo los ojos, ¿era en serio? No lo involucraba en sus planes, pero estaba al pendiente de que ni siquiera se moviera, Jin señalo con la cabeza a Onan y le hizo una seña con las manos de que tomaría un baño. JungKook a regañadientes asintió. No era como si Jin le estuviera pidiendo permiso. Los demás hombres en el salón ni siquiera les hicieron caso, Jin siguió a Onan fuera de la casa alfa, al llegar al patio principal ambos cambiaron a su forma animal.
Jin ronroneo de placer, hacía mucho que su lince necesitaba hacer algo de ejercicio. Tenía que ir a comprobar como estaba Zamir, pero nada más llegar, el consorte Fadel se hizo cargo del niño. El león tenía una mirada amable y una hermosa sonrisa, no culpaba a Zamir por haber quedado hipnotizado por el hombre, eran escasos los adultos que fueron amables con él a lo largo de su vida.
Corrieron por la ladera de la izquierda del clan, Jin siguió de cerca de Onan, todos los leones a su paso lo miraban mal, pero al estar con el hijo del laird dudaba que le hicieran algo, logro apreciaba la belleza del lugar, sí que era un hermoso clan, y muy numeroso. Jin no deseaba un enorme clan, solo deseaba que su gente viviera en paz, se respiraba tanta paz aquí, armonía, trabajo en equipo… cosa que nunca había existido en su pueblo, ¿Cómo quería que hubiera compañerismo si cada quien trataba de mantenerse con vida?
Todavía no llegaban a su destino cuando ambos se detuvieron de golpe, Jin olfateo en aire para estar seguro, gruño, ¡No es cierto! Onan gruño amenazadoramente a un grupo de árboles, casi al instante un grupo de dos tigres y dos linces, los rodearon, comenzaron a rodearlos lentamente, mirándolos, cazándolos, asechándolos, ¿Cómo habían llegado tan cerca del clan de los leones? Eran cuatro contra dos y estaba claro que la balanza se inclinaba hacia ellos. Pero aun así… Jin miro al león, no necesitaron palabras para comunicarse… ambos sabían que no caerían tan fácil. Y con eso en mente, ambos saltaron contra el enemigo.
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Antes incluso de abrir los ojos, incluso antes de que lo atacara la primera onda de dolor, Jin supo donde se encontraba y con quien, el olor a humedad, podredumbre y lavanda no lo engañaban. Las cavernas en las montañas donde se encontraban los esclavos siempre olían a muerte, pero Eunwoo … el señor de los linces siempre olía a lavanda.
–Mi linda mascota ha despertado– su memoria estaba un poco confusa, y todo su cuerpo le dolía como un río de fuego que se revolvía a través de él, luchó contra la sensación de pesadez en el pecho y la acumulación repentina de la saliva en la boca cuando hizo todo lo posible para enfocarse. Sólo duró unos minutos antes de que todo su cuerpo empezara a sudar. Sus músculos se bloquearon en su lugar, fue entonces cuando se dio cuenta que estaba atado por los brazos, sus brazos estaban dormidos a causa de sostener todo su peso, sus pies no tocaban el suelo, sintió una mano en la espalda e instintivamente hizo el intento de alejarse.