Reed moon | Chanbaek

06

Mis piernas apenas y podían sostenerme, las sentía como gelatina mientras caminaba lentamente hacia el pueblo, antes lo había hecho gustoso, sabiendo que lo que me esperaba era una fiesta y celebración, ahora lo único que sabia era que si no me seguían todos acabaríamos muertos.

La luz me pegaba en la espalda, pero esta estaba cada vez más abajo, pronto vendría la Luna a tomar su lugar, su posición en el plan.

—¡Hola! —grite a todo pulmón mientras recorría las calles para ver si había algún alma por ahí, pero el sol indicaba que se acercaba la hora, nadie saldría hasta mañana a menos que hiciera un escándalo— ¿Alguien por ahí?

—¡Maldito! ¿Cómo te atreves a salir de su escondite? Por tu culpa mi marido murió hace tres lunas —sonreí al escuchar la enojada voz de una anciana.

Ella me ayudaría en mi plan, solo bastaba que una vieja empezara y todos comenzarían a salir.

—No fue mi culpa anciana, el salió cuando no se debía seguramente.

—¡¿Qué dijiste estúpido?!

—¡Largo de aquí!

—¡Todo es tu culpa!

Voces de todas las edades comenzaron a salir, pronto las puertas de las casas fueron empujadas, la multitud se estaba formando y yo solo podía sonreír.

—Si si, soy el maldito ¿Qué van a hacer pueblerinos?

—Acaben al fin con él, así acabara la maldición —grito la anciana mientras me veía correr.

Pronto escuché muchos pasos atrás de mí, lo había logrado, estaba cerca el final, lo comprobé al ver como la luz desaparecía de repente y la oscuridad pesaba como plomo.

El plan era alejarlos pero aun así seguir cerca del Templo de la Luna donde ChanYeol lo mataría, todo estaba saliendo bien y les sonreí, solo debíamos esperar a verlo al fin, pronto acabaría esto.

Pero pronto mi sonrisa se borró al ver como de la oscuridad emergía una criatura horrible.

—¡Joder! ¿Qué mierda es eso? —grite señalando la horrible criatura que apareció en la orilla del bosque.

Era enorme, su cuerpo tenía pelo rojo que parecían pequeñas agujas incrustadas, pero tenía parches de piel sin nada más que oscuras manchas cafés, se acercaba rápido, pronto la tuvimos frente a nosotros y busque con la mirada a ChanYeol que salto de un techo cercano, me estaba cuidando como había prometido.

Los pesados pasos hicieron que mi estomago bajara nervioso, llego a nosotros, desnudo y expulsando un olor fétido, pero no nos veía a nosotros por ahora, una sonrisa burlona que mostraba unos enormes dientes amarillos era dirigida a ChanYeol.

—Oh, si es mi estimado ChanYeol y mi... —recorrió con la mirada a todos y yo me encogí tratando de hacerme notar lo menos posible— Bello pueblo. Buenas noches ¿Cómo están?

—Cállate Ji-sub.

Negó con su dedo ennegrecido—Esa no es la forma correcta de hablarle a tus mayores —el movimiento rápido de su puño no fue visto por mí, menos para ChanYeol que cayo hacia atrás al recibir tal impacto— ¿Ese es su guardián rojo? No lo creo.

Solo una persona levanto la voz.

—Mataste a mi esposo.

—Es mi castigo, ustedes ni siquiera me veneran y...

Sus ojos inyectados en sangre comenzaron a recorrer de nuevo la multitud, esta vez buscando a alguien y la encontró.

—Byun —grito mirándome a los ojos, estos al contrario del hermoso color dorado de ChanYeol eran oxido, mirándome con tanto odio que me estremecí.

—¡Corre! —gruño ChanYeol.

Apenas la palabra salió de sus labios me di la vuelta empujando a cualquiera que se atravesara en mi camino, a mi espalda los gritos no tardaron en escucharse, cosas rompiéndose y empujones.

Pasé una esquina, cometí el error de mirar atrás y vi como la Ji-sub chocaba con una casa, dejando un enorme hoyo en esta. Ahora sudor corría por su cara, dándole una apariencia más asquerosa, sus tres pares de colmillos ahora sobresalían, deformados creciendo en dirección antinatural.

Chille mientras me debatía si correr directamente o tratar de distraerlo para que las personas huyeran.

—¡Byun!

El grito cada vez más cerca decidió por mí, apure a mis pies a que fueran más rápidos, pero la bestia era demasiado rápida, pronto caí sobre mis rodillas y sentí como me daba la vuelta y me estampaba en el duro suelo, roca lastimo mi espalda y no puede evitar quejarme.

—Un asqueroso Byun, imbécil de mí que creí en tu padre, me convirtió en un monstruo.

—Tú lo decidiste, yo ni quiera lo conocí ¡No debiste maldecirme a mí!

El golpe de su palma me deja confundido por un momento, sentí sangre en mi boca, el regusto metálico inundo mis papilas y me queje bajito, luchando por mantener la conciencia le encaje las uñas en sus manos peludas pero una risa burlona fue lo que recibí.

—A terminar algunos cabos sueltos...

Antes de poder gritar por ayuda me lo quitaron de encima, ChanYeol había vuelto, lo había tomado del torso y ahora con su peso lo llevaba su destino.

—¡Van al templo de la Luna!

Corrí detrás de ellos, en zigzag por momentos, confundido, el golpe me había dejado mareado, la gente a mi alrededor corría en todas direcciones, empujándome pero ahora solo les importaba salvar su propia vida.

ChanYeol sangraba de su rostro, tenía un pedazo de carne de su mejilla que se movía con él, sangre en su boca, en sus manos, la visión era horrorosa y lleno de lágrimas mis ojos, nadie quería que le hicieran daño a la persona que le gusta.

Corrí hacia ellos, estaba dándole puñetazos a ChanYeol en el rostros, este solo tenía los ojos entrecerrados y luchaba inútilmente en protegerse. Sin pensarlo salte sobre Ji-sub, golpeando fuerte su cabeza y tratando de meter mis uñas en mus ojos pero me tomo por sorpresa que cuando toque su rostro con mis palmas este lanzo un grito horroroso que me hizo caer al suelo.

—¡No me toques!

Me aleje a rastras y mire mis manos, estas solo tenían mi propia sangre...

Tome el daga que ChanYeol había usado apenas unas horas y la pase por mis palmas, el dolor me hizo gritar pero aguante y volví a donde seguían lanzándose zarpazos cada vez más fuertes.

Subí a él y con mis palmas las presione directamente a su rostro, este grito y ChanYeol aprovecho y comenzó a empujarlo justo donde lo queríamos, apenas y podía sostenerme sobre el así que cuando estábamos en la orilla del agua deje que ChanYeol me tomara del torso y me empujara lejos.

Apenas estaba luchando por levantarme cuando el sonido del agua inundo el lugar, solo veía el agua turbia revolverse salvajemente, sonidos horribles emanaban de ahí y temí por ChanYeol al ver el agua tornarse roja, sangre.

El agua se revolvió unos segundo más antes de quedar quieta por completo, como si nunca hubieran caído dos demonios dentro, del fondo de pronto salió un sonido, asustado mire el daga de ChanYeol flotando en el agua, esa no era una daga normal.

—ChanYeol —llore mientras veía el fondo del agua, los dos abrazados, sus ojos cerrados, como dormido, como la primera vez que lo vi.

Solo que ahora no despertaría.