𝙵𝙸𝙽𝙶𝙸𝙴𝙽𝙳𝙾 𝙰𝙼𝙾𝚁 || 𝐇𝐞𝐜𝐭𝐨𝐫 𝐅𝐨𝐫𝐭.

13. Mañana de resaca

Pedri

— Pedri, ¿has visto a las— Hector entra en la habitación ya que no llegué a entrar yo y las ve.

—¿Qué hacemos?— pregunto.

—Llevarla a su habitación— dice él sacando el móvil.

—¿Que vas hacer con el móvil?

—Llamar a los refuerzos— reimos— Ei, Ferran, ven a la habitación ven Pedri..... si, es que hay cuatro chicas dormidas y necesitamos que nos ayudes a llevarlas a su habitaciones...... vale, os esperamos— cuelga— dice que va a llamar a Gavi para que ayude.

Llegan Ferran y Gavi a mi habitación y las ven.

—¿Qué les ha pasado?— pregunta Ferran.

—El alcohol— decimos Hector y yo a la vez.

Ferran coge a Sira y la lleva a su habitación. Hector coge a Teresa y se la lleva igual. Gavi coge a la desconocida y se la lleva a su habitación a esperar a que despierte ya que no sabe cual es la habitación de la chica.

Yo me quedo en el cuarto con Laila, le quito los zapatos, le quito el vestido y está en topa interior, cojo una de mis camisetas largas y se la pongo encima para que esté mas cómoda.

Hector

Estoy llegando a nuestra habitación con Teresa en brazos cuando noto que se esta empezando a despertar.

—mmmmm— se queja despertándose y me mira— que guapo eres— dice con un tono de borracha y me toca la cara— y que músculos— toca mi brazo y yo me río sin decir nada— te pareces mucho a mi novio ¡ui!— se tapa la boca. Y yo la miro extraño.

—¿Que ocurre?— le pregunto entrando a la habitación y cerrando la puerta.

—No es mi novio— dice y pone una cara triste— todavía no me lo ha pedido— la siento en la cama.

Eso me hace pensar.

—Ya te lo pedirá, tu solo espera

—Yo le espero todo lo que haga fata— se tumba en la cama suspirando. Eso me hace sonreír.

Entro al baño y me ducho, cuando salgo veo a Teresa tumbada en su lado de la cama durmiendo.

Decido cambiarla, ponerle algo mas cómodo para que duerma bien y me acuesto al lado suya, al cabo de unos minutos caigo en un profundo sueño.

Teresa

Despierto con un dolor de cabeza grandísimo y miro a mi alrededor.

—¿Cómo he llegado aquí?— pienso en voz alta.

—Te traje yo anoche— la voz de Hector suena y el sale del baño, con solo unos calzoncillos de ropa— ¿qué miras tanto?— dijo y yo deje de mirarle abajo para mirar en la zona de cuello para arriba.

—Nada— rio nerviosa—tengo hambre, voy a bajar a desayunar— digo y me levanto con cuidado de que no se le nuble la vista y marearme.

—Te acompaño.

Nos vestimos y nos aseamos en el baño y cuando estábamos listos bajamos.

Entramos al comedor del hotel y nos encontramos a Pedri y Laila en una mesa de cuatro, decidimos sentarnos con ellos.

—Hola chicos— digo sentándome con mi desayuno.

—Hola tere, ¿has dormido bien? yo tengo una resaca que flipas— se queja Laila.

—Yo igual— río.

—Ei— saluda Hector y se sienta.

—Hector— lo llama Pedri— ¿has dormido bien para el partido?— le pregunta y yo abro los ojos como platos.

—¡¿Era hoy?!— exclamo.

—Si, el partido es hoy a las siete de la tarde— dice Pedri.

—Ostias, creía que era mañana— dice Laila.

Los cuatro reímos por nuesta empanaera y seguimos desayunando.