Capitulo 18

97 9 0
                                    

Estaré ocupado hasta la una.
-¿La una? -pronunció Zi Xiuan con lentitud.
Wangji colocó las manos en las caderas. Una sensación de profunda inquietud, como si alguien hubiera irrumpido en su casa, le asaltó.
Ahora le parecía que la cita con Wei Ying no estaba bien. Pero era demasiado tarde para
cancelarla. -Digamos que a media noche -dijo.

-Les diré a los hermanos que estén preparados.
Tuvo la sensación de que Zi Xiuan sonreía disimuladamente, pero la voz del vampiro era
firme.
-Oye, Wangji.
-¿Qué?
-El es tan hermoso como tú piensas que es. Sólo te lo digo por si querías saberlo.

Si cualquier otro macho hubiera dicho eso, Wangji le habría propinado un puñetazo en la nariz. Y aunque se trataba de Zi Xiuan, su ira amenazó con salir a la superficie. No le gustaba que le recordaran lo irresistible que era Wei Ying. Eso le hizo pensar en el macho a quien el sería destinado para el resto de su vida.
-¿Quieres decirme algo o simplemente estás ejercitando los labios?
No era una invitación a opinar, pero de todas formas, Zi Xiuan aprovechó la oportunidad.
-Estás enamorado.
Debería recibir un Vete a la mierda como respuesta, pensó Wangji.
-Y creo que el siente lo mismo -remató Zi Xiuan.

Oh, grandioso. Eso le hacía sentirse mejor. Encima le rompería el corazón.
La cita era realmente una idea pésima. ¿Adónde pensaba que les conduciría toda esa mierda romántica?
Wangji desnudó los colmillos.
-Sólo estoy haciendo tiempo hasta que el pase por su transición. Eso es todo.
-Sí, seguro. -Cuando Wangji gruñó desde las profundidades de la garganta, el otro vampiro se encogió de hombros-. Nunca antes te había visto acicalarte para una cita.
-Es el hijo de Feng Mian. ¿Quieres que me comporte como Mingjue con una de sus prostitutas?
-Santo Dios, claro que no. Y, demonios, desearía que dejara eso. Pero me gusta lo que está pasando entre tú y Wei Ying. Has estado solo demasiado tiempo.

-Ésa es tu opinión.
-Y la de otros.
La frente de Wangji se cubrió de sudor.
La sinceridad de Zi Xiuan le hizo sentirse atrapado. Y también el hecho de que se suponía que solamente estaba protegiendo a Wei Ying, pero se preocupaba por hacer que el se sintiera
más especial para él de lo que en realidad era.
-¿No tienes nada que hacer? -preguntó.
-No.
-Mala suerte la mía.
Desesperado por ocuparse en algo, se dirigió al sofá y recogió su chaqueta de cuero.
Necesitaba reemplazar las armas que le habían quitado, y puesto que Zi Xiuan no parecía tener
mucha prisa por marcharse, aquella distracción era mejor que ponerse a gritar.

-La noche que Feng Mian murió -dijo Zi Xiuan-, me dijo que tú te habías negado a cuidar de el.
Wangji abrió el armario y metió la mano en una caja llena de estrellas arrojadizas,
dagas y cadenas. Seleccionó unas cuantas con ademanes bruscos.
-¿Y?
-¿Qué te hizo cambiar de opinión?
Wangji apretó los dientes, haciéndolos rechinar, a punto de perder los estribos.
-Está muerto. Estoy en deuda con él.
-También estabas en deuda con él cuando estaba vivo. Wangji empezó a dar vueltas.

-¿Tienes que tratar algún otro asunto conmigo? Si no, lárgate ya de aquí.
Zi Xiuan levantó las manos. -Tranquilo, hermano.
-Tranquilo, una mierda. No hablaré de el ni contigo ni con nadie más. ¿Entendido? Y mantén tu boca cerrada con los hermanos.
-De acuerdo, de acuerdo. - Zi Xiuan retrocedió hacia la puerta-. Pero hazte un favor. Acepta lo que está pasando con ese macho. Una debilidad no reconocida puede resultar mortífera.
Wangji gruñó y se puso en posición de ataque, adelantando la parte superior del cuerpo.

-¿Debilidad? ¿Y me lo dice un macho que es lo bastante estúpido para amar a su shellan? Debes de estar bromeando. -Hubo un largo silencio hasta que Zi Xiuan habló de nuevo, suavemente, como si estuviera meditando cada palabra: -Tengo suerte de haber encontrado el amor. Todos los días agradezco a la Virgen Escriba que Yan Li forme parte de mi vida.
Wangji sintió una oleada de ira, provocada por algo que no podía solucionar a golpes.
-Eres patético. - Zi Xiuan siseó:
-Y tú has estado muerto centenares de años, pero eres demasiado egoísta para buscar una tumba y quedarte en ella. -Wangji tiró al suelo la chaqueta de cuero.

La hermandad oscuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora