UN RAMO PARA FUMAR [Bellamione]

27)

Hermione hizo malabares con las bolsas de plástico en su mano, luchando por insertar las llaves en la puerta principal. Había considerado llamar a la puerta, pero pensó que sería más frustrante que esta opción. Lo empujó para abrirlo, atrapando apresuradamente la caja de vhs cuando comenzó a caerse de su agarre. Ella resopló y se apartó un mechón de cabello de la cara. Parte de su cabello estaba pegado a la parte de atrás de su cuello, empujado hacia abajo por la parte de atrás de su abrigo. Sacudió un poco de la nieve que se aferraba a su cabello lejos de su piel.

Cerró la puerta de una patada, haciendo una mueca cuando se cerró de golpe. Dejó la pila de vhses en el sofá, contenta de dejar que se le cayeran de las manos. Empujó la bolsa de plástico sobre el mostrador de la cocina, revolviéndolas. Extrajo el helado, poniéndolo en el congelador.

La puerta del dormitorio más pequeño se abrió con un chirrido. Bellatrix salió disparada por la puerta abierta, girando sobre las yemas de los pies para cerrar la puerta antes de que Hermione pudiera mirar dentro. Hermione le dio un gesto de reconocimiento desinteresado mientras desempacaba el resto de las compras en el mostrador.

"¿Qué estás haciendo?" preguntó Bellatrix, escabulléndose hacia Hermione.

Apoyó la barbilla en el hombro de Hermione, con un brazo alrededor de su cuerpo para recoger la cesta de fresas. Hermione golpeó su mano, la canastilla volvió a caer en su lugar. Sintió que la mujer mayor volvía la cabeza y el aliento le acariciaba la mejilla. Hermione debatió el uso de empujar su codo contra el estómago de la mujer mayor, pero dejó caer la fantasía, sabiendo que causaría más drama que dejar que se saliera con la suya.

"Ha sido una semana larga, así que me estoy regalando una noche de cine", dijo, "puedes unirte a mí si quieres".

Ella no había querido decir eso último. Ella realmente no sabía de dónde había venido. Esto no era un desinterés sociable. Esto estaba ofreciendo su tiempo de relajación a la otra mujer.

"¿Una noche de cine?" Bellatrix se burló, dejando ir a Hermione y retrocediendo unos metros.

Hermione se giró, apoyándose contra el mostrador. Su alma gemela se veía cansada, ojeras debajo de los ojos y mejillas hundidas. No había tenido ese aspecto desde que llegó al pequeño apartamento de Hermione. Esa era la mirada que Hermione asoció con una prisión de Azkaban. Sirius había sido el mismo cuando huía.

"Sí, veré algunas películas que alquilé y pediré pizza y luego me atiborraré de helado y dulces", dijo.

"¿Qué es una película?" La palabra sonaba extraña en la lengua de la bruja oscura. A veces, Hermione olvidaba que los muggles tenían una tecnología más avanzada que la comunidad mágica.

"Una película es como una imagen en movimiento pero no te pueden responder y cada vez que la ves son las mismas personas diciendo y haciendo las mismas cosas para contar la misma historia", dijo, "algo así como un libro pero visualmente ."

"¿Y por qué querrías ver uno de esos?"

"Por la misma razón que leo libros, supongo", dijo, "son entretenidos".

Bellatrix resopló pero se derrumbó en el sofá, recostándose, con los pies apoyados en un brazo. Hermione negó con la cabeza, ignorando cualquier comportamiento que Bellatrix quisiera tener.

El timbre de la puerta principal sonó.

"Está bien, bueno, si quieres quedarte, elige una película para ver mientras voy por la pizza", dijo.

Se deslizó lejos del mostrador y recogió sus llaves de nuevo. Los hizo tintinear mientras salía por la puerta como despedida. Subió las escaleras de dos en dos, con las manos metidas en los bolsillos de su abrigo para protegerse del frío de la escalera.