VII. Sofocación 2

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[VII]


- Aun es muy temprano para repasar todo esto - Aegon arroja el libro en dirección a su hermano con tanta pereza encima de sus dedos, que este apenas y suena contra la mesa que los separa uno del otro.


- No empieces a tentar mi paciencia, te dije que teníamos cosas que hacer - Aemond se nota un poco tenso cuando termina de hablar, siente como la bilis sube de nuevo por su garganta y tiene que cerrar los ojos con fuerza, pellizcándose el puente de la nariz y masajeándose la sien al final para tranquilizarse.


- Tu dijiste que saldríamos y esto no es precisamente afuera - Finaliza su oración con un entre comillas.


Claro que busca fastidiarlo un poco, es muy aburrido tener que repasar sus estudios en silencio con quien siempre ha sido su único objetivo a molestar. Bueno, su objetivo favorito a molestar.

Con un suspiro melodramatico se levanta para rodear esa mesa y posicionarse a un lado de su hermano. Insistiendo, pone su palma completa encima de las hojas que estaba leyendo. Los dos fijan su vista uno al otro, no dicen nada y hasta parece un juego para saber quien apartara la mirada primero.


Aemond se apoya contra la mesa, su codo medio inclinado con su barbilla marcada en la palma de su mano no aleja la vista de su hermano.

Después de minutos, Aegon chilla por la irritación que se forma en sus ojos y deja salir unas cuantas lágrimas. se restriega los dedos por sus ojos y pestañea repetitivamente para que la lubricación se vuelva a generar en ellos. Aemond suelta una risa rápida y le da un sape en la frente para que lo vuelva a ver.


- Perdiste, continuemos estudiando -

- Espera, nunca apostamos nada, ni quien ganara o quien perdiera -

- No importa, tuvimos una pequeña distracción, tu querías eso, así que sigamos con lo que hacíamos -

- Yo no estaba haciendo nada así que, tu puedes continuar con lo tuyo -

- Si dejas de ser una molestia en este momento, podremos beber en mis aposentos al finalizar -

- ¿Enserio?, ¿te sientes bien?, tú nunca propondrías algo así -

- Medidas desesperadas, solo quiero que te calles y aparentes un poco que te importa aprender como dirigir un reino, tal vez con suerte tu cabeza retenga algo -

- Dioses ya me había asustado, sigues siendo tu -

- Tómalo ahora o déjame en paz -

- Lo tomo, pero solo si es afuera de la Fortaleza -


Aemond frunce el ceño a su dirección y sabe que a continuación vendrá una negativa.


- No -


No alarga más la respuesta ni sus argumentos de porque eso no va a pasar.


- Por favor, necesito salir, siento que me asfixio -

- Aquí tienes todo para emborracharte, ¿Porque querrías salir? -


Aegon agita las manos delante de él y las coloca sobre su cara al hablar.


- No me escuchas, siento que pierdo el tiempo aquí, estas paredes, estas personas, todo aquí me está asfixiando -


Aegon impide que su hermano siga hablando poniendo su mano en su boca, Aemond se remueve tratando de quitarla, pero Aegon sube a su regazo y descansa su cuerpo encima de él impidiéndole más movimientos.


blood of my BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora