V. Recuerdos de media Luna

140 17 7
                                    


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

.
.
.
.
.


[V]





Todas las noches sin excepción solíamos hacernos compañía, incluso sin tener que intimar, y mucho antes, desde niños, siempre nos había gustado compartirlas juntos. Aegon solía acariciar mi cabeza y de vez en cuando, estando de humor, podía permitirle tener compasión de mi ojo mutilado para que sus caricias también pasaran por ahí, tomaba vino y más tarde, lo dejaba tomar lugar en mi regazo. Otras cuantas más, solía pedirme que le contara historias, de fantasía, amor o guerra, su favorita,  Aegon el conquistador y los dragones.

Al principio pensaba que me pedía escuchar estos relatos, porque sabía que en ese tiempo intentaba compensar con vastos  conocimientos litúrgicos mis desventajas en otras áreas, como creí que sería en el campo de batalla; para sorpresa de ambos, nunca se convirtió en un "área" que tuviera que cubrir, puesto que muchas veces había salido bien librado en mis torneos, por supuesto no era un asombro que participara y que intentaran aprovecharse de mi desgracia tratando de humillarme, ventajoso sonreía altanero a las miradas de admiración que me seguían por ganar. Había sido dedicación y odio concentrado al doble para no ser alguien inservible o fácil.

El punto era que Aegon no era cruel o burlón respecto a mi condición, tampoco se sentía culpable por no ayudarme en ese entonces, en cambio se sentía responsable por no habérmelo compensado después. Y tal vez si tenía razón de razonarlo en ese y este tiempo, aunque, en esas madrugadas solo éramos dos niños que conversaban acerca de sus sueños, un hermano mayor que escuchaba con atención a su hermano menor y pensar que era el niño más listo del mundo. Seguíamos siendo esos niños.

Adoraba  esos efímeros momentos, eran únicos y los más esperados por mí. La gracia que tenía para moldear los temas más abrumantes y volverlos los más simpáticos y chistes mismos era relajante.

Claro que como hermanos no todo era perfecto, las peleas absurdas por el favoritismo eran nuestro día a día, demostrar nuestro valor y honor a las tareas asignadas siempre resultaba satisfactorio a nuestros ojos, nuestros padres y familia se satisfacían con los logros y solo eso bastaba.  La realidad en cuanto a eso estaba muy alejada como para verla en esa edad.








"Fuimos niños jugando hacer adultos hasta que dejo de ser un juego y nosotros niños"








Mis oscuras dudas y pensamientos impensables, se empezaron a esclarecer una vez que sus ojos se posaron en los míos, abatidos y tristes, seguramente por un nuevo regaño o por la constante amargura que sus nuevas responsabilidades le caían como peso muerto a su frágil cuerpo.


Me gustaba que corriera siempre a mi cuando eso pasaba, me otorgaba cierto poder y sabía que él también lo sentía así. Él podría ser el mayor por nacimiento, pero ambos sabíamos que en toda nuestra corta vida, yo siempre iba una cabeza más arriba en todo, mi complexión, mis conocimientos, mis deberes, siempre fueron mayores a los de él. Aun así él era quien debía por derecho asegurarse tener el trono. Todos lo sabíamos. Así es como tenía que ser.


blood of my BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora