Escenas extras - De cuando Aria toco las estrellas

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*AVISO: contenido sexual...*

Estaba recostada en mi costado izquierdo, con la pierna derecha enroscada entre las de Max, mi mano descansaba en su pecho sintiendo los constantes latidos de su corazón. Max se cubría los ojos con el brazo izquierdo mientras se despertaba con un leve quejido y yo ronroneaba algo pesarosa con la mejilla en su hombro, ambos desnudos deslizándonos de vuelta al mundo terrenal después de varias horas de sueño.

Max bostezo profundamente contagiándome a mí también el bostezo, se retiro el brazo de los ojos y busco con sus labios mi frente. La noche anterior había sido increíble, nuestra primera vez juntos. Aun me encontraba un poco adolorida y aunque no había sido TAN increíble como decían que seria, si fue especial y placentero. Algo dentro de mí decía que me habían engañado, no había visto las estrellas de las que tanto hablaban John y Alicia y por lo tanto dudaba de su existencia. Trate de no darle muchas vueltas al asunto, me encontraba junto a un Max desnudo y había pasado juntos una de las mejores noches de mi vida, había sido atento, cariñoso y cuidadoso.

- Buenos días - dijo en un susurro mientras su mano derecha jugaba con algunos mechones de mi cabello.

- Buenos días - dije con voz trémula.

- ¿Estas bien? - pregunto con una leve nota de preocupación en la voz.

- Mínimamente adolorida - respondí ruborizándome un poco -. Pero todo bien.

- Aria - dijo llamando mi atención. Levante la mirada hasta encontrarme con sus preciosos ojos azules en donde me tope con un sentimiento puro y sincero -. Te amo.

- Yo también te amo - dije con la emoción filtrándose a través de mi voz.

Empecé a repartir pequeño besitos desde su hombro hasta donde se encontraba mi mano en la mitad de su pecho, sus musculo se contrajeron un poco y mi mano empezó a descender jugando con las yemas de los demos al redor su ombligo, note con se le erizaban los bellitos ahí donde pasaban mis dedos y lo escuche tomar una profunda respiración.

- ¿Amaneciste juguetona hoy? - pregunto con un deje de diversión y otro de lujuria en la voz.

- Estoy explorando los alrededores - me limite a contestar mientras mi mano viajaba mas al sur.

Su amiguito se encontraba en ese leve estado de despertar mañanero y se emociono un poco cuanto le di una vuelta a su cabeza con mi dedo índice. Max dejo de acariciar mi cabello y empezó a deslizar su mano por mi espalda, a través de los huesitos de mi columna hasta posar la mano en mi nalga donde empezó a acariciar y masajear con más entusiasmo que ayer. Me anime un poco y rodee con mi mano su miembro acariciando con mi pulgar de arriba abajo, el resoplido de Max fue mi indicación para que no me detuviera. Esta vez el sonrojo en mis mejillas no apareció, o si lo hizo no le preste la más mínima atención ya que estaba en otra labor por los momentos. Empecé a mover todos los dedos de arriba abajo en un lento y  perezoso ritmo, animada por el despertar del amiguito de Max fui acelerando el movimiento cuando de repente Max se encontraba encima de mí y me empuja de un hombro para estar tendida totalmente de espaldas.

Mi mano aun rodeaba su miembro pero ya no podía moverla en el poco espacio que quedaba entre su cuerpo y el mío. Me beso profundamente en los labios saboreando mi paladar mientras sus caderas su movían en un ritmo sugerente. Tal y como sabia que le gustaba, mordí y tire de su labio inferior logrando robarle un gruñido bajo. Sus besos descendieron por mi quijada, deteniéndose en mi oído para lamer mi lóbulo y luego apresarlo entre sus dientes. Siguió con su reguero de besos por mi cuello y la respiración para este momento acelerada, se me entrecorto, ese era mi punto débil y el se aprovecho de eso, lamiendo ahí donde mas fuerte latía mi pulso y mordisqueando después el mismo lugar. Su mano se entretuvo con mi seno derecho moldeándolo y luego haciendo un circulo con la yema de su dedo alrededor de mi pezón, su boca descendió un poco mas y se ocupo del otro, dejando primero unos cuantos besos entre los dos montículos, besando después alrededor de mi seno izquierdo, soplo directamente encima de mi pezón mientras que con la mano pellizcaba y jalaba el otro, se introdujo el pezón en la boca lamiendo en círculos evitando la cima mientras que pasaba el pulgar de arriba abajo en el otro para calmar el dolorcito agradable que dejo el pellizco.

Mientras todo esto ocurría yo trataba con todos mis fuerzas de no retorcerme tanto y mantenerme en el lugar permitiendo que una nube de placer inundara mis pensamiento mandándolos a júpiter por el momento. Toqueteaba con mis manos su espalda, costados y luego no puede resistirlo mas y mis manos temblorosas empezaron a masajear su esplendidas nalgas, me apreté fuerte a ellas mientras inhalaba desesperada al momento en que sus dientes halaron el punto contraído de mi pezón y tiro de el traviesamente, asemejando el movimiento con los dedos alrededor del otro pezón. Un exhalación, mitad suspiro mitad gritito, escapo de mis labios.

Esto era mas intenso que ayer, notaba que Max ya no se retenía tanto y era menos cuidadoso. Cuando se sintió a gusto de los mimos que profesaba a mis senos continuo con el descenso hacia mis estomago, se entretuvo otro rato con mi ombligo y mordisqueo la piel debajo de el, beso a continuación la cara interna de mis muslo y soplo fuertemente entre mis piernas haciéndome estremecer, acaricio con sus manos mis rodillas deslizándolas después por mis piernas para acabar rodeando mis tobillos, se acomodo mejor entre mis ellas y lanzándome una ultima mirada picara y traviesa volvió a soplar entre mi entrepierna. Me sostuvo la cadera con ambas manos para que mis movimiento fueran limitados mientras se acercaba cada vez mas, en lo bajo de mi estomago se empezó a formar un nudo apretado y los dedos de mis pies se contrajeron. Cuando paso su lengua por mi clítoris salte un poco pero el movimiento fue atrapado por el férreo agarre de sus manos. Lamio a un lado y otro de la pequeña protuberancia convirtiendo el movimiento después en círculos lentos y sensuales que me robaban el aliento y el sentido. Mordió suavemente uno de mis labios mayores para luego introducir despacio y con parsimonia uno de sus dedos dentro de mí, empezó a moverlo a la par que su lengua, tratando de recrear los movimientos dentro y fuera. Un dedo más se introdujo dentro de mi y sentí que pronto perdería el control, me aferre con ambas manos a la sabana mientras apretaba entre mis dientes mi labio inferior, no para reprimir un grito, no había necesidad de hacerlo en este lugar, si no en un intento de retener el nudo que amenazaba con hacer añicos mi interior.

Soplo una vez mas al tiempo que se detenían lo dedos en mi interior, un ultimo lametazo y estaba perdida, pero no, en cambio el mordió casi imperceptiblemente mi clítoris y antes de que se desatara el nudo en mi interior se levanto de golpe posicionándose mas cerca entre mis piernas. Quería agarrarlo del cabello y devolverlo a su posición anterior para que terminara lo que había empezado, pero antes que me diera cuenta, ya había deslizado un condón a lo largo de su envergadura y estaba empujando en mi entrada listo para abarcar todo de mi. Entro lentamente hasta el final y ambos soltamos un suspiro, retrocedió completamente y esta vez entro con un envite fuerte y rudo hasta sentir mis entrañas en la garganta, me retuvo de las caderas y me permitió acoplarme y amoldarme a él. Todavía estaba un poco estrecha y ramalazos de dolor de la última vez pasaron a través de mí como estrella fugas desapareciendo tan rápido como aparecieron. Agarrándome de las rodillas, subió mis piernas hasta posicionar mis tobillos en sus hombros. A-S-O-M-B-R-O-S-O, todo eso entro increíblemente un poco más y fue verdaderamente placentero. Esta experiencia superaba mis expectativas algunas vez planteadas y ni las mas cochinas y sucias cosas que habían hecho Alicia y John se podían comparar a lo que estaba sintiendo ahora.

 Max empezó a moverse con movimientos cortos y lentos dentro de mi, cada vez aumentando el ritmo hasta que sus envites fuero rudos, entrando hasta el final y saliendo hasta casi la punta. Lo amaba, amaba esta sensación y mis caderas empezaron para encontrarse con las suyas provocando que el encuentro entre ambas fuera alucinante. El nudo en mi estomago estaba a punto de soltarse y abarcar todo de mi, derritiéndome por completo e insinuando la aproximación de estrellas. Queriendo sentirlo más, apreté los músculos ahí abajo tanto como puede y con un fuerte y ultimo envite me derrumbe, sintiendo los labios de Max sobre los míos a la vez que el me acompañaba en ese viaje hacia las estrellas. Ambos pudimos tocar una de ellas viendo como después se rompía en miles de pedacitos y nos envolvía a ambos en átomos de luz resplandecientes. Poco después, Max me envolvió entre sus brazos y me atrajo hacia su cuerpo saliendo de mi interior. Ninguno de los dos pudo pronunciar palabra ¿tu como lo harías después de haber tocado las estrellas?

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