Capítulo 11: El zoológico

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Camil Myers


Nunca fui adicta al alcohol, nunca fui adicta a nada en específico la verdad. Más bien fui adicta a llenar ese vacío que hay dentro de mi con cualquier cosa que encontraba, excepto con mi propio amor.

Eh hecho de casi todo para mantenerme ocupada llenar el vacío; fútbol, voleibol, básquetbol, béisbol, artes marciales, natación, ballet, pintar, patinar, cocinar, tocar instrumentos, cantar, tejer y entre otras cosas más. Si habia algo que pudiera hacer para mantenerme alejada de mi casa lo tomaba.

Y en cada una de esas actividades tenia a Jayden acompañándome, era divertido ver como se ponía mi tutú y me imitaba. Su mamá le dijo que si seguía haciéndolo le iba a comprar uno a el para las clases por chistocito y como estaba en su época de rebeldía lo siguió haciendo y entonces su mamá lo hizo usar un tutú.

Ahora también tengo a Sophia, ella se convirtió en una persona demasiado especial para mí en tan poco tiempo y ahora tendrá que soportarnos a mi y a Jayden el resto de su vida.

Amo tanto a esos dos.

Cuando era pequeña no tenía amigos, pero ahora tenía a estas dos grandes personas a mi lado y ahora también la estaba conociendo a ella.

Emilia.

¿Zoológico?― eran las siete de la mañana y yo estaba teniendo una llamada mañanera con Jayde, el por otro lado, apenas iba a dormir.

―Si. Zoológico― el me había hablado para contarme de una fiesta a la que quería invitarme, pero terminamos hablando de lo que haría hoy.

Dijo que la fiesta era de alguien del equipo de básquetbol y que sería una buena idea que fuera para que yo me relajará y dejara de ser una amargada, pero una vez que le repetí veinte veces que tenía un trabajo que hacer, el por fin me dejó en paz con el tema.

Las fiestas no eran exactamente mi pasatiempo favorito, pero si el de Jayden, o por lo menos parecia serlo. El iba a demasiadas fiestas que chicas o chicos de la escuela organizaban y se llevaba a Sophia como acompañante.

¿Y para que quieres ir al
zoológico?

―Pues Olivia dijo que no conocía y no pude evitar ofrecerme a llevarla― hasta yo habia ido al zoológico a su edad y eso que mi mamá no me sacaba a pasear ni para ir a la tiendita de la esquina ―Ya se que es demasiado cruel que tengan animales encerrados, pero la niña no conoce un zoológico.

Te estas encariñando mucho con esa niña Cami― puede que Jayden tenga razón, pero Olivia era muy tierna que era prácticamente inevitable no encariñarse con ella ―Y pensar que hace una semana estabas casi llorando en mi auto porque no sabías que ibas a hacer con una niña y ahora la quieres llevar a conocer medio mundo.

―Que exagerado eres Jayden, yo jamás llore ese dia en tu auto.

No negaste que quieres llevarla a conocer medio mundo― pude reconocer ese tono burlesco.

―¿Sabes qué? Adios, te hablo más tarde― ni siquiera le di el tiempo para escuchar su despedida, colgué la llamada y mire a la persona a mi lado.

Sophia era en verdad muy linda, aún cuando su pelo estaba tan despeinado que parecia una melena de león, o con la poca baba seca que tenia en los bordes de su boca por dormir con la boca abierta. Después de haber pasado esta noche con su compañía solo tenia una cosa muy en claro.

Jamás voy a volver a compartir una cama con ella.

Recibí patadas y golpes, me asuste por las cosas sin sentido que decia de repente y casi muero cuando en la madrugada la encontre sentada escribiendo sobre algunos papeles en blanco que había en el escritorio dentro de la habitación. Fue la peor noche de mi vida.

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