El pintor

Tren.

"Recuerda que tratar de sanar a una persona con el alma perdida, y el corazón roto puede terminar por romperte a ti, dejándote perdido en la tristeza"

Las calles tan transitadas de aquella ciudad y los árboles que rodeaban, los enormes edificios con forma de palacio, la vista al mar junto a las increíbles historias de ese lugar lo hacía parecer tan asombroso ante los ojos de cualquiera que no fuese de ahí.

Bremen una ciudad del noroeste de Alemania que forma junto con el puerto de Bremen o bremerhaven, a unos 60 km al noroeste, la ciudad libre hanseática Bremen.

No es tan común ver extranjeros debido al clima y nivel económico de esa hermosa ciudad, se considera un sitio pobre y poco atractivo para los turistas. Son muy pocos los que llegar a interesarse en visitar Bremen.

Los alemanes están tan acostumbrados al clima frío que no sufren durante sus actividades del día. En Bremen, los veranos son cómodos y parcialmente nublados y los inviernos son largos, muy fríos, ventosos y mayormente nublados.

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El último tren de Londres a Alemania llegó alas 12:00 am, muchos de los pasajeros temblaban por el frío intenso y otros no le daban importancia.

La mayoría eran alemanes que visitaban su país natal, los demás eran turistas y estudiantes de intercambio, por último los que no tenían un destino fijo y solo llegaron ahí por una desición tomada tan deprisa.

El vagón quedó vacío dejando en su interior a un joven que dormía plácidamente sin darse cuenta que todos se avían marchado, abrió los ojos con pereza analizando todo a su alrededor al poco tiempo de despertar bien noto la ausencia de los demás pasajeros, inmediatamente se dio cuenta que se quedó dormido y su parada era 5 estaciones atrás.

Resignado volvió a sentarse, miro por la ventanilla admirando los enormes árboles que adornaban toda la trayectoria de su viaje.
El tren paro en Bremer, el chico se bajó tomando camino donde su corazón le indicará. No tenía ni idea en donde se encontraba pero algo le indicaba que siguiera avanzando.

Miro con asombro todo, se sentía feliz por conocer algo nuevo y fuera de lo rutinario. --Londres es aburrido cuando has vivido desde siempre ahí.-- dijo sin dejar de apreciar cada detalle de dónde sea que se encontrará.

Dio vueltas como si de un niño se tratara, corrió como un perro encadenado que por tanto tiempo vivió en la oscuridad y por fin le dieran su libertad que por mucho estuvo anhelando.
Se sentó cerca de un puente donde sonrió al cielo y la luna iluminó su rostro poco infantil.

--¡Este lugar me gusta!-- Grito ante su soledad riendo bajo por la felicidad contenida. Tomo un taxi para ir a un hotel por el momento, sus mejillas estaban rojas por el gran viento frío que pegaba en su rostro y a un así no dejaba de estar alegre.

Una nueva vida, un nuevo comienzo en un lugar distinto y lleno de curiosidades para el futuro que frontera con madurez y voluntad.