El pintor

El gato

"arte enamorada de arte y un joven enamorado de un hombre"

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Perdido en las grandes nubes tan blancas y puras, pensando que son los lienzos de los dioses donde únicamente ellos podían plasmar su arte perfecta y que ningún mortal tenía permitido pintarlas, al menos que estos mismos se ganarán un lugar en el inmenso cielo, solamente así podrían pintar sobre las nubes y llenarlas de vida.

Ese era su mayor sueño poder pintar algún día en ese lienzo tan puro, para ello tenía que irse para siempre y no volver jamas, algún día el estaría aya arriba escogiendo su propio lienzo, su propia nube en donde permanecería su espíritu y voluntad, una nube que llevara su esencia y arte, una nube que solo la gente que apreciará la belleza de estás podrían ver sus bellas pinturas llenas dedicación y amor.

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Las parejas enamoradas que se miraban felices en los restaurantes, las familias cariñosas disfrutando de la compañía de sus seres queridos, y los padres primerizos que cuidaban a sus recién nacidos, o acariciaban con ternura el vientre  que conservaba el fruto de su unión y amor sincero.
Las risas traviesas de los pequeños que corrían por todo el lugar, las madres llamando a sus hijos con cariño y los padres consintiendo a sus mocosos con muchos regalos y cualquier capricho que estos desearan.

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Apretó su vientre, no podía soportar mirar a esas personas siendo felices y disfrutando de su compañía mutua, ver a esos extraños tomados de las manos, ver cómo se prometían amor eterno, que nada y nadie los separaría mientras se colocaban un anillo promesa para demostrarse que se ambos se pertenecen en cuerpo y alma.

Esas palabras eran vacías y falsas por qué sabía que nadie podía cumplirlas, solo promesas que se las llevara el viento y serán olvidadas y enterradas en las entrañas de quién espero aquella promesa.

Las familias felices tampoco era lo que aparentaban, en casa se guarda el dolor y sufrimiento, lágrimas acumuladas con el tiempo, peleas constantes, humillaciones y maltratos que se volvieron una rutina diaria.

Cerro su puño con fuerza, apretando más su vientre causándole dolor pero a un así no le importaba, apretaba con rabia queriendo matar su pecado, un pecado que destruyó su futuro, que lo alejo de todo y le arrebato a la única persona que le importaba de verdad.

Lágrimas cayeron de sus ojos apagados se estaba muriendo por dentro, malas experiencias ha tenido, el amor falso le quitó todo, dejándola podrida en su lamento eterno.

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Paseaba por una ciudad vecina una muy lujosa que le recordaba Londres. Cargaba consigo su portafolio y caballete, buscaba explorar más aya, pero nada le parecía atractivo si no algo aburrido que le sofocaba.

Se sentó en una banca, no mentira con decir que esa ciudad y parque eran hermosos y muy bien limpios. Pero... El sentía tensión, sentía todo repetitivo sin nada que ofrecerle.

A un así no se daría por vencido el quería pintar así que eso aria!. Acomodó todo lo necesario y su visión se concentro donde estaba un jardín de inmensas flores, era perfecto para su colección de cuadros, flores blancas y amarillas, colores que combinan y favoritos del joven pintor.

Entre las flores un sujeto con un maquillaje extraño, pelo rubio y alto jugaba con un gato color blanco, una imagen tierna para Luffy. Lo pinto junto a las hermosas flores quedando el sujeto acostado elevando al gato en sus manos, y uno que otro pétalo decorando el escenario, una verdadera escena de película.  Pensó el pintor quitando su pincel del lienzo.

Otro hombre apareció con un enorme abrigo de plumas, alto y unos lentes y también con cabellera rubia acompañado de otros dos sujetos que tomaron con fuerza al que estaba jugando con el gato, este suplicaba que no se lo llevarán el gato gruñía, al de abrigo de plumas parecía fastidiado así que con una señal los otros individuos solo asintieron llevándose al rubio dentro de una camioneta dejando al gatito maullando de tristeza...

Luffy contempló todo lo sucedió, no reacciono por qué todo paso muy rápido que no tenía idea que hacer al respecto solo vio como la camioneta se fue velozmente que no le dio ni chance de moverse o algo, el gato chillaba fuertemente por la ida se su amigo aparentemente.

Su pecho se oprimió por el sufrimiento del melino sentia culpa por no aver ayudado a un que sabía que no podía interferir en algo que no sabía con exactitud.

El gato estaba en unas condiciones deplorables, ala lejanía no se notaba, pero ya de cerca todo eso era más que visible. un gato callejero, su ojos están cubiertos de lagañas y llenos de cortes, sus patitas hinchadas, cubierto de heridas expuestas, en algunas partes no tenía pelo, desnutrido y sucio. Luffy acaricio su cabeza con amor, el gato retrocedió pero al no percibir intenciones malas dejo que le tocará.

Ronroneo por el tacto dulce y gentil del pintor acurrucando se bajó de el.
Luffy no podía dejarlo a su suerte además no tenía compañía ni quién lo esperase en casa, se sentía solo, abandonada y olvidado... Lo levanto y miro fijamente sus ojos.

——¿Quieres venir conmigo?—— pregunto con inocencia llevándose un ronroneo como respuesta.

Lo tomo entre sus brazos cubriéndolo y se lo llevo con el, lo cuidaría y lo amaría como se lo merece dándole una mejor vida que esa y esperar por su amigo regresará por el...