Capitulo 1: "La mañana ruidosa"

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Hoy me levante por un ruido muy fuerte, parece que aún están remodelando en la casa de al lado, me estresan, no tienen respeto por las personas que están durmiendo. Pero, viendo bien la hora, ya son las 13:45 horas, mínimo si estan trabajando cuando se debe.

Bajo a la sala de mi casa y me dirijo hacia la cocina, tomo un cuchillo y le embarro algo de mantequilla que saque del refrigerador, tomo un pan que estaba en una bolsa de plástico que habiamos comprado ayer en el supermercado, lo saco y lo pongo a calentarse en el comal, espero un rato, aproximadamente unos 30 segundos y lo volteo, lo saco después de ver que estaba un poco duro y ya está.

Lo pongo en un plato mientras miro por la ventana y observo a unos niños jugando con carritos y un camión de plástico a que son los que hacen casas. Tomo el plato con el pan tostado y le doy una mordida, paso por la sala y saludo a mi madre.

-Hola madre, ¿qué haces? -Pregunto como siempre.

-No mucho, solo busco unas pinzas para sacar algo que se me cayo en el baño. -dice ella mirándome. -Es que me da asco meter la mano en el inodoro, aunque no tenga nada, sigue siendo asqueroso -Lo dice mientras expresaba sus ganas de querer vomitar.

-¿Y porque no usas los guantes que utilizas para lavar la tasa del baño?. -Respondo apuntandola.

-No puedo porque ya los tire, estaban todas sucios, y pos' ni modo de que me los ponga ¿no?. -Explica.

-Pues ni modo. Pero si quieres unas pinzas, creo recordar haber visto unas abajo del fregadero. -digo señalandolo.

Después de esa pequeña charla paso a sentarme en una silla que estaba en la sala mirando a la calle.

Mirando hacia la ventana recuerdo que hace ya una semana que había salido del Bachiller, preguntándome si es que realmente deseo estudiar la Universidad ya que si sigo sin estudiar, mínimo tengo un trabajo ya asegurado dentro de unas dos semanas, cuando voy a ir a hacer una entrevista de trabajo para quedarme con el puesto.

Mirando a la ventana veo a los mismos niños que había visto hace rato llevando algo de tierra en sus carros, ellos iban hincados caminando como cangrejos mientras decían:

-¡A un lado!, que aquí llega la tierra que había pedido señor. -Grita a todo pulmon.

El señor que, intuyo era su padre les dice: -Buen trabajo señores, aquí tienen su paga. -Extiende su mano mostrando dos monedas de diez pesos.

Les había pagado diez pesos a cada uno. Se veían bastante felices. Parece que ya con tan poco son felices.

¡Que cosas!, yo con diez pesos ya me estoy estresando.

Ojala que no cometa una mala elección al escoger no seguir estudiando la Universidad.

Mirando el plato, me doy cuenta de que no he comido casi nada del pan que me había hecho hace un rato al distraerme pensando y viendo por la ventana.

Doy el primer mordisco al pan y lo saboreo; sabe bastante bien a pesar de que solamente es pan y mantequilla.

Termino el pan de unas cuantas mordidas y me sirvo algo de agua con hielos que había en la mesa; tomo algo de agua y sigo mi camino.

Abro la puerta principal para salir, y me dirijo a mi auto, me pongo comodo en el asiento del conductor, tomo las llaves, lo enciendo, y me dirijo hacia un supermercado cercano para comprar unas cosas que ya tenía previstas comprar.

Llego, y después de estacionarme cerca de la entrada, casi como a unos cinco metros, miro mi reloj. Refleja las 14:20 horas. Salgo del auto un poco en furor por las canciones que de venida estaba escuchando.

¿Por cuánto me fui?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora