Capítulo 10

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Un bostezo invadió el salón, Hinata había despertado encontrándose con el torso desnudo de Sasuke, inmediatamente se ruborizó.

"Menos mal que has despertado, me queda solo por limpiar el sofá."

"¿Limpiar?" Miró su alrededor asombrada, no habían trastos, suciedad, ni si quiera una mota de polvo. "¿C-cómo?"

Fue con paso rápido a su habitación, su cama estaba hecha de manera pulcra con sus sábanas cambiadas y su almohada mullida, su ropa la cual amontonaba en una silla había sido lavada, doblada y colocada en los cajones de su cómoda, su ordenador desmontado y sucio ahora estaba sin una pizca de polvo montado con los cables organizados. Miró al estante sorprendida, el altar de su primo era lo que más impoluto estaba, con unas velas encendidas que llenaban la habitación de un olor similar a la vainilla.

Hinata lloró, no de pena o alegría, lloraba porque por fin podía soltar ese sentimiento de culpa que tenía al ver que no podía levantarse de la cama a cuidar el recuerdo de aquella persona que la cuidó como a una hermana. Sentía su corazón en calma por primera vez después de mucho tiempo.

"Hinata" Sasuke apareció detrás de ella, con ropa doblada y después de ponerla en el cajón la miró con intensidad. "Quiero que me prometas una cosa."

Los pomúlos de Hinata se encendieron violentamente. "S-sí, lo que tu digas, Sasuke."

"Por favor" Sasuke clavó su mirada intensa en los blancos ojos de Hinata, aquella escena parecía el ying y el yang. "Ve a un psicólogo, Hinata, mereces ser feliz"

El corazón de la chica dio un vuelco, empezó a bombear más rápido y agachó su mirada al suelo.

"Se que no somos muy cercanos, pero hazlo por mi, me importas."

"Te lo prometo, Sasuke."

Chismes (Sasuhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora