Día 10

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Las cadenas se rompen. 

Momentos de contención he tratado de desconectarme soltando todo lo que me hace daño trato de contener mis impulsos para no poder llamarle o escribirle por lo visto esta funcionado.

Me siento frágil aquellas pocas fuerzas que me acompañaban han decidido menguar.

— ¿Te encuentras bien? ¿qué pasa? ¿quieres hablar de algo con nosotros? — cuestiono la razón junto al corazón.

Se queda en silencio no responde ninguna pregunta lo evita.

— Vamos puedes hablar con nosotros, es lo mejor siempre estamos contigo siempre te escuchamos, siempre lo haremos— hablaron ambos a la vez.

—No hay nada que decir, no tengo nada que expresar, nada que ustedes no sepan— Contesto ella muy dudosa.

—Que puedo hablar con ustedes si todo lo saben solo me atormentan, no me comprende ni siquiera un poco se han liado contra mí para que no sea feliz— ella comenzó a llorar sintiéndose frustrada.

— ¿Qué estás diciendo? A caso piensas que no nos duele verte así, tan solo mírate te estas cayendo a pedazos no comes, no bebes, no duermes te estas matando. Acabando contigo y con nosotros ahora contéstame lo necesitas para ser feliz o solo lo quieres a él y no te importa si funciona o no— la razón comenzó a cuestionar.

Lagrimas corrían veloz mantente por sus mejillas sintió que algo dentro de ella comenzaba a romperse. Era sorprendente parecía que ya no quedaba más que pudiera doler, pero no fue así.

—Responde, contesta, dilo solo quiero escucharte no sabes lo que quieres ya basta de tonterías no puedes continuar así. ¿Qué estás haciendo? Espera por favor ¿dónde vas?, por favor basta sabes que no está bien. No continúes debes de contenerte. Esto no funciona así, que no puedes entenderlo —la razón comienza a desesperarse.

En cuestión de segundos sin contemplarlo tome lo primero que encontré en el almario coloque mis audífonos sobre la cabeza mientras caminaba hacia lo que parecía ser mi destino.

El camino cada vez se torna más corto pronto todo estaba a pie de puerta mi corazón comienza acelerarse, sin darme cuenta ahora estoy temblando con un profundo dolor en el estómago los nervios llegan a mí, la voz en mi interior comienza a quebrantarse mientras tanto las piernas comienza a temblar siento no tener fuerza para poder mantenerme y como por arte de magia o aviso alguno mi voz desapareció era como si una espada atravesara mi garganta no puede hacer nada todo pasaba por mi cabeza pero no podía emanar nada de ella.

Fue así como retorne mi camino mis pasos eran demasiado lentos podía sentir como la suela de mi zapato chocaba contra el piso por cada que levantaba mi pie en ese instante el tiempo se detuvo.

Era como estar completamente en penumbras caminaba a solas por el mundo sin sentido alguno vagando por el cómo un demonio en la oscuridad, pero llego una luz que ilumino mi sendero una lumbrera que iluminaba mi oscuridad una luz que iluminaba hasta el más oscuro rincón de mi ser. Pero ahora dime que es esto que siento un escalofrió que recorre mi cuerpo por cada que recuerdo tu nombre es una sensación de alegría, pero de tristeza al mismo tiempo una sensación de vacío, pero libertad. 

Las cartas que nunca entregué Donde viven las historias. Descúbrelo ahora