TaeHyun mira sus bocetos y sonríe. En cada isla que llegan a embarcar, a cada reino diferente que llegan, es una nueva experiencia y lo llena de inspiración. Las costumbres, sus comidas, cultura y gente, es lo que lleva a TaeHyun seguir haciendo lo que más ama.
Han pasado ya seis años, desde que decidido subirse al crucero, para emprender sus sueños como diseñador, rápidamente fue llamado el joven prodigio, las expectativas aumentaron, en cuanto en el mismo año sacó tres líneas, una para verano, la otra para otoño, y la que más sorprendió a todos fue la de invierno. Y no solo fue por los colores que uso, sino también por los estilos que manejo, atrayendo consigo el ojo público. El ojo público estuvo sobre él, desde que supo que Jeon YeonJun uso lo que el diseño para la boda de Kim SooBin, con Choi BeomGyu.
Choi BeomGyu, también había sido una de las principales razones, por las que quiso salir del reino Kim. No iba a soportar ver un teatro, y menos ser parte de él. Miraba con anhelo su ramo de rosas, anhelando poder encontrar a alguien que lo quisiera, sin importar lo demás.
Se escribía con YeonJun, por medio de cartas, ambos amaban hacerlo, sabiendo que existía el buzón digital para el reino Jeong, pero era que ambos apreciaban, escribir en hojas de papel, servilleta o hasta tickets, sobre lo que estaban pasando.
Se enteró de que YunHo y él, estaban trabajando en ellos mismos, también le comento que era un poco difícil sacar el sentimiento. Él lo entendió, pero gracias a su trabajo conocía a una hermosa mujer. Tenía el carácter fuerte, era un poco mal hablada, pero eso y más eran sus encantos. TaeHyun no pudo negarse a volver a enamorarse, no cuando aquella joven tres años menor, lo envolvía en numerosas aventuras en las islas en las que embarcaban.
TaeHyun aún no le había hablado de Harriet, no sabía aún la razón, pero solo quería tal ves esperar a que sus emociones empezarán a fluir más, y más, podría hablarle de ella. Harriet aún no era su musa, pero se había convertido en la mujer por la cual el, brincaria del avión, si ella lo pedía.
Harriet, no era eso, pero claramente se estaba incrustando con profundidad en sus sentimientos y corazón. TaeHyun entonces comprendió. El solo tendría una alma gemela, y a su único amor. Harriet era eso, su único y primer amor.
Mientras estaba esperando a Harriet que saliera de aquella, tienda con ridículos adornos de tazas de té, miro al cielo disfrutando de la brisa que aquel reino les ofrecía. Mirando el lugar encontró colores sucios, casas rústicas. Aquello lo hizo sonreír, aquel reino sería inspiración para su próxima colección, mientras la imagen de su amigo YeonJun baila en su mente, con las últimas fotos que había salido de él junto a Jeong YunHo en un albergue, donde náufragos sufrían de pérdidas de memoria.
—douce—La voz suave de Harriet lo hizo voltear, y sonreír.
Harriet era una chica de pelo rubio, que brilla con el sol, pequeñas estrellas esparcidas en su rostro. Siempre con una hermosa sonrisa, acompañada de unos preciosos ojos azules, tan azules como el mar. Tenía pésimos sentido con la moda, pero ese era su encanto, un encanto colorido, luciendo prendas tan amarillas, pero ella solo era capaz de hacer que luciera bien. Una amante se usar calcetines impares, traer los deportivos sucios y rotos. Una pésima chica con sentido de la orientación, pero amando en convertirse en la capitana de su propio crucero.
—¿Que has comprado ahora? —Pregunto mientras miraba una bolsa de papel en sus brazos.
—Un juego de té, que claramente no tengo.
TaeHyun sonrió con cariño. Harriet la coleccionista de juegos de té, era la chica por la cual el vestiría, colores sin combinar, y usaría unos viejos tenis, solo para darle ese toque a sus vestuarios.
ESTÁS LEYENDO
Rosas blancas. |SooJun|
FanfictionUna idea, y una decisión, podrían llevarlos a nunca más volver a dar un ramo. Historia de mi completa Autoría. No se permite, traducciones, re subir, adaptaciones en este u otra plataforma distinta El material que se ocupa para las portadas no me...