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San miraba como el sol empezaba a esconderse, era una vista hermosa, el viento soplaba. No hacía frío, pero la brisa así se sentía. Habían pasado ya dos meses desde que YunHo había muerto, dos meses desde que había decidido ir con ellos. Pero hoy era de esos atardeceres, donde le recordaba su vida en el palacio junto a YunHo. Una sonrisa plomada en su rostro, se formó.

—Si sigues aquí, pronto la tormenta te arrojará al agua—MinGi se paró a su lado, igual con su mirada perdida en el horizonte. Viendo los colores que la naturaleza les regalaba.

—Lo sé, es solo que siempre que veo atardeceres así, presiento que el esta aun lado mío.

MinGi lo miro, y sonríe de lado.

—Yo también, a veces, siento como si estuviera aquí con nosotros.

—Lo está—San le regala una sonrisa—. El siempre estará aquí. Seguro está feliz, porque ambos pudieron entregarse lo que les pertenecía, y porque, al final, pudo lograr sacarme del reino.

MinGi ríe.

—Lo ha hecho.

Ambos vuelven a perderse ahora, ya como el cielo empieza pintase con colores oscuros. El aire sopla, esta vez más, pero ahora es frío.

—Se acerca una tormenta—MinGi al final dice, pero sin moverse.

—Mmh... —Tararea en respuesta el contrario—. Vamos pongámonos en marcha. No quiero encontrarme tan pronto con YunHo.

MinGi carcajea, y se mueve.

Ambos queriendo seguir vivos, vivir y recordar a Jeong YunHo, como su recargable de energía.

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TaeHyun suspira al llegar al lugar. Tenía mucho tiempo de no pisar aquel reino. No había podido esta, cuando el trágico fallecimiento del rey Jeong YunHo, ocurrió. Por fin había podido llegar al reino Kim. YeonJun en su última carta le había escrito, diciendo que regresaría con sus padres, pero no al reino Kim, estaría en la casa que sus padres que tienen fuera, necesitaba pensar en que haría después de ello. TaeHyun en respuesta, le contesto, que él estaría dentro de dos meses en el reino Kim, quería verlo.

Es por ello que ahora estaba ahí. El reino no había cambiado mucho, pero sí había algo diferente, y es que la bandera blanca, ahora se alzaba sobre el reino.

—¡Oh! Es un reino bastante tranquilo—A su costado, Harriet, exclama con emoción y ojos brillantes.

TaeHyun mira y es cierto, el reino es bastante tranquilo, pero no siempre fue así.

—Sí, aunque no siempre ha sido así—Contesta y Harriet lo mira, con la cabeza ladeada.

—Te contaré luego, pero por ahora debemos ir con mi madre—Harriet sonríe con entusiasmo.

Suben a una carreta, disfrutando del clima. Mientras TaeHyun va recorriendo con sus grandes ojos el lugar, puede notar algunos cambios, como los colores, un poco más de vegetación. Mira a Harriet, y la ve distraída, disfrutando del lugar, emocionándose cuando ve pequeña tiendas de ropa, una que otra cafetería, y la biblioteca. Harriet siente la mirada del otro sobre ella, y lo mira.

—¿Qué tanto miras? —Pregunta con una sonrisa pequeña.

—Nada, solo disfruto de la encantadora señorita Harriet, es todo un placer poder ver sus pequeños ojos, mirar cada rincón de este reino, con entusiasmo.

Harriet sonríe. Entrelaza sus dedos y recarga su cabeza sobre el hombro del otro.

—Me gusta este lugar, se siente muy tú. Me entusiasma conocer el lugar donde creciste, aprendiste cosas hermosas, y en donde conociste a tu primer amor.

Rosas blancas. |SooJun|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora