PARTE IV

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No eres mi fantasía, YunHo. Eres mi realidad

Simple, tal vez cliché. Cursi también.

Pero esa simple declaración, desbarató al tritón. Sin tolerarlo más, la respuesta siendo más de lo que esperaba, se lanzó a besar al escritor, porque eso le dictaba el cuerpo y el alma.

A besar a ese hombre que lo había hallado en la playa para robarle el corazón y que ahora YunHo le quería entregar a manos llenas. No importaba que solo llevaban un día conociéndose, que fuera irreal o muy rápido. Para YunHo no significaban nada todo ese tipo de creencias y afirmaciones creadas por otros, para él siendo real y genuino ese momento.

Y eso era lo único que necesitaba para ser feliz.

Feliz besando a MinGi, aunque la posición fuera incomoda y el borde de la bañera se estuviera incrustando al nivel de sus costillas, su cola mejor ni decir como estaba. Feliz, aún cuando MinGi tenía el pelo con espuma y parecía un caniche.

Era completa y jodidamente feliz.

- MinGi, llévame a la cama. Quiero sentir tu cuerpo contra el mío, por favor – susurró anhelante, su voz cargando un tono tan sinuoso como suplicante, eso siendo un arma mortal para el escritor.

Asintiendo en trompicones, MinGi cedió al capricho contrario, ansiándolo tanto como él. Hasta que parte de la espuma en su cabello cayó a sus ojos, dejándolo ciego.

- ¡Maldición! – se quejó, matando la atmosfera – Espera un segundo, Yun – pidió, mientras se separaba torpemente y de igual forma intentaba dar con la alcachofa de la ducha.

Riendo y negando a la vez, YunHo asumiendo que no podía ser de otra forma con su escritor, se removió en la bañera para ayudar a su amante topo, que palpaba en todas direcciones sin encontrar la llave del agua.

- Ven aquí, MinGi - le indicó, su mano sujetando su brazo para guiarlo a su posición original – Yo te lavaré el cabello- le informó.

Y dando el agua tibia, pasó hacer lo mismo que MinGi había hecho por él. Con cuidado quitó el jabón de sus ojos y se preocupó que no cayera más al lavar su cabello. También lavó los restos de jabón de su cuerpo, YunHo dándose un adelanto al recorrer con sus dedos curiosos por esa tersa piel. Eso sí, intentó no dejarse llevar demasiado y terminar pronto.

Entre antes acabara, antes llegarían a su cama.

Ya listo, MinGi fue por una toalla y se secó. Rodeando su cintura con esta, YunHo perdiendo la visión de su trasero, este volteó a verlo.

Mordiendo su labio y aparentando inocencia, YunHo se acomodó en la bañera, su cola moviéndose tentativamente, intentando parecer atractivo para el escritor.

¡Y vaya que lo logró!

Esa imagen ni siquiera debería ser legal, pensó MinGi mientras lo veía con el corazón en la garganta y su pene casi bailaba bajo su toalla ante tal visión.

YunHo era demasiado para su pobre alma.

Tragando, intentó recomponerse.

¿Qué debía hacer?

Ah, si. Llevarlo a la cama.

Casi tropezó por ese último pensamiento. Recomponiéndose apenas, sacó una toalla extra y la colocó sobre su hombro para secar a YunHo después de sacarlo de la bañera.

- Muy bien sirenito travieso, es hora de ir a dormir – bromeó acercándose hasta la bañera.

- Pero yo no quiero dormir, quiero seguir jugando, especialmente con tu amiguito allá abajo – canturreó abultando su labio y MinGi casi tuvo una erección por ello.

Mi Inesperado Sirenito [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora