EPILOGO

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- ¿Qué estas escribiendo?

La pregunta fue suave y cantarina, tal como los pasos que se deslizaron por la lisa madera.

Siendo abrazado desde atrás, MinGi tecleó las ultima palabras antes de detenerse y sacarse las gafas que utilizaba para disminuir el agotamiento visual. Pestañeando un par de veces, se echó hacia atrás para recibir un beso en los labios. Unos labios que conocía muy bien.

- Nuestra historia – respondió al separarse con una sonrisa de su sirenito, YunHo. Su pareja de bella sonrisa, ojos vivaces y brillante personalidad, que lo encandilaba cada vez más.

Especialmente ahora, la sonrisa que le regresaba el tritón entibiando su pecho.

- ¿De verdad? – consultó entusiasmado – Creí que tu género era el policial

- Lo es, pero después de terminar mi última novela, decidí que era tiempo de incursionar en la fantasía con un seudónimo diferente. Eso sí, pienso hacer algunos cambios a la historia original, omitir algunos detalles – reveló, volviendo su vista al escrito.

- ¿Omitir algunos detalles? Espero que dejes la excusa sobre el cangrejo que inventaste a ese hombre, cuando nos conocimos – comentó, y al ver que el otro se sonrojaba, agregó – Eso hizo que me enamorara de ti – reveló apoyando su mejilla en la contraria.

Esta vez fue el turno de MinGi para sorprenderse.

- Pensé que eso te había hecho confiar en mi

- Si, pero también capturaste el corazón de un tritón. Eso junto a "pensé que hablabas como delfín"- repitió, riendo al final al escuchar el quejido contenido de MinGi ante tal mención.

- No me lo recuerdes – pidió llevándose una mano al rostro, avergonzado.

- No lo recordaré si tu no olvidas colocarlo – respondió mordiéndole la oreja, juguetón. – Hablando de eso, recordé por qué vine aquí en primer lugar. Quería a invitarte a darte un baño

- ¿Dónde? – consultó apoyando sus lentes del todo sobre el escritorio.

Y es que después de esos meses conviviendo con YunHo, esa propuesta podía llevarlo a muchos sitios. A veces era directamente a la bañera, otras al mar y otras a la piscina que descansaba en su patio. Era una piscina armable que no superaba el metro de profundidad, pero tenía el largo suficiente para que YunHo pudiera zambullirse por completo y disfrutar del agua sin tener que ir directo al mar. Eso último había sido una de las formas que le había permitido a YunHo pasar unos días más con él sin tener que regresar inmediatamente al océano. Según YunHo, no necesitaba estar tanto tiempo en el agua, pero después de la primera experiencia – la cual MinGi estaba seguro que, la herida junto al exceso de sol, provocaron que YunHo enfermara-, el escritor no quería correr riesgos. Por eso mismo, había utilizado sus caminatas en la mañana como una opción para que YunHo lo acompañara desde el mar y así este mojara su aleta. A veces YunHo regresaba con él a su hogar, otras, se quedaba disfrutando por más tiempo y MinGi le dejaba ropa en una mochila que escondía entre las rocas para que se cambiara cuando quisiera.

Ronroneando contra su oreja, YunHo lo trajo de vuelta al presente.

- Estaba pensando en la piscina, pero ya que mencionas tu libro, creo que sería bueno refrescar tu memoria y recrear la escena en el baño, ¿qué dices?

MinGi tragó en seco.

- Aún no llego a esa escena...-balbuceó.

- Mucho mejor, así podemos recrearla más de una vez y te ayuda a escribirla con más detalle – tironeando el cuello de su suéter, agregó – Además podemos agregar cosas nuevas, como tú jugando con mi cola – tarareó con cejas insinuantes.

Ah, si. Lo había olvidado.

YunHo le encantaba cuando acariciaba su cola, se había vuelto una de sus actividades favoritas y siempre lo ponía a tono. Bueno, YunHo en general siempre estaba animado y dispuesto, aunque eso no significaba que siempre estuvieran follando. También cenaban y pasaban tiempo juntos conversando, viendo películas y hasta cocinando.

Unos besitos contra su cuello, regresaron de nuevo al novelista al presente.

Si que estaba distraído.

¿En qué estaba?

Ah, si. La cola de YunHo. Le gustan las caricias. También que lo mime y hable sucio. Eso último le costaba más, pero estaba progresando.

Otro tirón en su suéter azul lo hizo regresar la vista a esos traviesos ojos chocolates.

También impacientes.

- Entonces, ¿aceptas mi propuesta?

- ¿Por qué presiento que tu propuesta va a incluir mucho más que solo un baño de burbujas?

- Porque probablemente así sea y terminemos recreando la escena en la cama – admitió entre risas, robándole de paso algunos besos.

- Me gusta como suena eso

- ¿Y el baño juntos, no?

- En realidad, toda la propuesta – aceptó con una sonrisa, antes de levantarse y atrapar entre sus brazos al tritón.

Al inesperado sirenito, que lo enamoró.

Mi Inesperado Sirenito [YunGi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora