Arconte Anemo

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-¿tienes hambre Lumine?- le preguntó a la chica que a cada rato se tocaba el estómago, ya que aunque ella lo intentara disimular este emitía un pequeño ruido

-si, pero no te preocupes, tenemos que buscar un lugar donde quedarnos esta noche- el chico asintió; después de todo habían pasado más de 3 horas recorriendo Mondstadt y simplemente no encontraban algún lugar para alojarse, pareciera que la suerte no estaba del lado de ambos viajeros; así pasaron media hora más caminando y preguntando hasta que Lumine se alejó un momento a hablar con un anciano, Dainsleif aprovechó esto y le dijo que la esperara en ese lugar, se dirigió a un lugar donde vendían comida, el buen cazador si mal no recordaba, ahí compro dos brochetas con champiñones, tenía que ahorrar las moras que tenía, si no todo se iría rápidamente en comida. El joven regresó a donde la rubia, está todavía estaba hablando con aquel anciano, ella se percató de la presencia del chico y dejó de hablar con el anciano para ir a hablar con el

-adivina, he conseguido un lugar en donde alojarnos- dijo sorprendiendo a Dainsleif

-¿como lo hiciste?

-el anciano me dijo que nos podría rentar una de sus viviendas, a eso se dedica el, así que no tendremos que preocuparnos por pasar la noche expuestos- comentó la femenina, aunque esta curiosa miro lo que tenía Dainsleif en la mano, pero esta no quiso preguntar.

Ambos llegaron al lugar, Dainsleif le dijo a Lumine que se acomode y descansa, el lo alcanzaría después

-¿cuanto le debería m?- le preguntó al anciano

-no es necesario, por lo visto tu pareja y tu no son de estas tierras, es difícil conseguir moras y viéndolos en este aprieto no les cobraré, nada más que me consigan manzanas, necesito 18 manzanas

-de acuerdo- dijo- pero aclaró que ella es mi compañera de viaje

-¿oh de verdad?- dijo el anciano con voz sorprendía- pensé que lo eran, parecían una

Dainsleif ignoró este comentario, realmente no le importaba nada del romance, ni mucho menos que lo emparejen con alguien, había vivido tanto tiempo solo que ya no sentía la necesidad de tener esos pensamientos, se había acostumbrado y claro, no pensaría nada con una persona que literalmente no tenía ni un mes de conocerla, además el aún no confiaba del todo en ella, o eso es lo que el pensaba.

-bueno los dejo descansar- el anciano se retiró y Dainsleif entró a su ahora pequeño alojamiento

-ten- dijo estirándole la bolsa que llevaba consigo- no has comido nada

-gracias- le sonrió su compañera, que procedió a comer, el solo se sentó a mirar de reojo a su compañera comer, no tenía tanta hambre así que se lo dejaría todo a ella-¿no quieres un poco?- le dijo señalándole la brocheta

-estoy bien, come

-no, ten- le dejo un pedazo frente a él- tu también necesitas comer- le sonrío y este solo asintió; ambos eran de pocas palabras, así que difícilmente buscaban que decir, hasta que Lumine hablo

-se que sonará tonto pero ¿que es un arconte anemo?

este se sorprendió un poco, no esperaba que le hicieran tal pregunta, pero respondería, sería de mala educación dejarla con la duda

-¿recuerdas la estatua que estaba en medio de aquel pequeño lago?- está asintió- bueno el es el arconte, vendría siendo como un dios, el dios de este lugar, Mondstadt, la nación de la libertad y anemo es viento

-pareces un poeta Dainsleif- dijo la rubia, provocando que el rubio desvía la mirada disimuladamente -es una nación interesante, para ser la primera que conozco

-sabes, ahora que lo recuerdo, había un chico tocando una lira frente a la gran estatua que está por la catedral, un chico de trenzas, se parecía mucho a la estatua

-en Teyvat no hay coincidencias, así que su parecido no es una, pero la gente lo deja pasar, un bardo cualquiera no tiene gran relevancia, pensaran

-¿entonces, es el arconte?

-ellos pueden vivir entre nosotros, pasan desapercibidos como simples mortales, ciudadanos de su propia creación

-¿crees que podría entablar una conversación con ellos?- dainsleif se quedó pensando y no le respondió- la verdad les quiero preguntar por mi hermano

-tendría que ser lo último, también tengo que negociar con ellos

-entonces vayamos a buscarlo

-después Lumine, levantaríamos sospechas, piénsalo, dos viajeros que no son de aquí, merodeando por sus calles, hay que hacerlo sin llamar tanto la atención

-¿esperamos hasta la noche?

-así es, mientras puedes descansar, al menos ya sabes quien es el arconte, solo faltaría localizarlo.

D I V I N I D A D (Dainsleif and Lumine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora