Inquietud

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-Dain-este abrió los ojos de golpe- estabas moviéndote mucho, pensé que te sentías mal- por unos segundos nuestras miradas conectaron, no se cuanto duro pero me di cuenta de que la distancia entre nuestros rostros era poca y decidí alejarme

-estoy bien Lumine- este se sentó y se empezó a agarrar la cabeza

-¿seguro?-me acerque a él y por instinto tomé su rostro entre mis manos- te veo algo pálido

-estoy bien Lumine, lo que pasa es que la cama es un poco incómoda, es todo- solté su rostro y el se paró para luego salir del pequeño lugar en donde nos encontrábamos

me senté en la cama y me dediqué a observar el lugar en donde nos encontrábamos, era pequeño y acogedor, el aire entraba de una manera sutil, se sentía fresco y miré la cama y como aún el cuerpo de dainsleif seguía marcado en la cama, me fijé bien y era un hombre bastante alto, delgado pero con la espalda un poco ancha, no sabía en qué momento me puse a pensar en el, de momento me empecé a sentir incómoda y opté por acomodar mejor la cama.

Al día siguiente, ambos nos encontrábamos en silencio, recorriendo las calles de Mondstadt, aunque el silencio entre ambos ya era incomodo desde ayer, yo casi no era de hablar pero este silencio me estaba matando, no sabía que pasaba por la cabeza de Dainsleif y tampoco me entendía, no entendía porque me inquietaba tanto el comportamiento de mi compañero si siempre se mostró distante

-Dainsleif

-dime

-¿que haremos ahora?- no sabía ni que decirle, sentía que solo buscaba un pretexto para deshacerme de este silencio

-¿a que te refieres?

-es solo que llevamos caminando y no entiendo el objetivo

-estoy buscando a alguien Lumine- paro en seco y por primera vez desde ayer su mirada se posó sobre mi- ¿te sientes bien?

-si, ¿porque lo dices?

-te noto algo inquieta, siempre eres callada y tranquila, hoy te noto diferente- no supe que decirle, ya que la observación de aquel hombre me tomó por sorpresa

-si, creo que tengo hambre, eso es todo

-comamos entonces

nos dirigímos a una especie de taberna y por suerte éramos los únicos clientes y ordenamos; Dainsleif parecía perdido en sus pensamientos y yo por alguna extraña razón sentía la necesidad de mirarlo, observar detalladamente sus facciones, como su nariz perfilada, sus ojos azules, su mirada profunda, sus cabellos rubios, las ligeras pecas que tenía en la nariz, sus manos grandes con algunas cicatrices y de momento cuando quise mirar sus ojos, el ya tenía la mirada en mi

-¿que tanto me miras?- me hablo con una voz algo serio y yo no supe que contestarle, pero si sentí una gran pena por dentro, no pude decir nada y solo negué con la cabeza- ¿dije algo malo Lumine?- sentía que la voz no me salía, tenía que pensar rápido para hacer esto menos incómodo

-perdón, ando perdida en mis pensamientos

-¿pero porque me mirabas?

-quería ver si hoy seguías mejor que ayer y veo que si, eso es todo

D I V I N I D A D (Dainsleif and Lumine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora