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-Quiero escucharte Kolinz -dijo mi padre.

-Es Kaulitz, señor -respondió Tom.

-Como sea... ¿Porqué estás aquí? Tu chica debe estarte esperando, y Annica no debe tener emociones fuertes.

-No salgo con nadie ya señor. Y sé por la situación que esta pasando Ann, por eso he venido hoy.

-¿Y crees que puedes pasar de chica en chica?

Agache la mirada al escuchar a mi padre decir eso, en cierta forma tenía razón.

-No señor. Por eso he venido hoy, yo no estaba enterado de nada. Mi banda y las chicas mantuvieron el secreto por siete meses, yo jamas note que Ann estuviese embarazada sino las cosas hubiesen sido distintas -dijo Tom mirándome y después a mi padre.

-¿Qué hubiese cambiado? Tu estás de gira ¿No es así? Ann no puede estar visitando médicos en cada país al que vayas para sus chequeos de si puede viajar o no.

-Lo entiendo perfectamente. Pero podríamos haber llevado las cosas a distancia, incluso yo venir cuando tuviese tiempo libre no habría importado -su voz era tranquila y sincera.

Mordí mi mejilla aguantando una sonrisa pero ahora me sentía culpable por no haber tomado el valor de ignorar a Chantelle y decirle las cosas.

-Su hija es la mejor mujer que haya conocido. Inteligente, es buena. Yo la quiero conmigo señor, y créame que si usted me da la oportunidad de estar con ella, la haré la mujer más feliz incluso la madre más envidiada de todo el mundo. Sólo necesito otra oportunidad, necesito que los dos estén de acuerdo en formar parte de la vida de Ann y mi pequeña.

-¿Qué quieres decir con eso? -dijo mi padre y yo mire extrañada a Tom.

-Quiero casarme con Ann.

Y en ese momento sentí como mi panza daba vueltas. Una felicidad, sorpresa y nostalgia me envolvió. Miles de sentimientos pasando por mi en todo momento.
Note como Tom se ponía de pie y caminaba a mi lado.

-Después de la gira quiero hacerlo, sin presiones ni nada de por medio -dijo tocando mi panza y sonrio.

Mire a mi padre que seguía sin hablar y note como rápidamente limpiaba una lagrima silenciosa.

-Papá... -le miré tierna.

-Lo siento yo solo... no sabia que no estabas enterado de nada -dijo mi padre apenado dándonos la espalda.

-Le prometo que no dejaré que nadie le haga daño, ni siquiera yo -dijo Tom mirando a mi padre.

-¿Y como estaré seguro de eso?

-Por qué Ann no se ha negado a casarse conmigo.

Lo miré incrédula.
Y el sonrió sabiendo que se había ganado a mi padre, el sabía perfectamente que podía tener a quien quisiera.

-Si ella acepta... su felicidad es la mía -volteo mi padre y tenia sus ojos rojos.

-Papá no llores -me acerque a él.

-Solo quiero lo mejor para mis dos pequeñas -dijo cabizbajo.

-Sé que Tom a veces puede ser un tonto -dije y Tom alzó sus hombros asintiendo -Pero... él es mi felicidad Papá.

Y con eso mi padre me abrazo, para después dirigirse a Tom.

-Lamento el golpe. Estaba nervioso -se dieron las manos.

-A veces el tonto lo merece -dijo Tom sonriendo, note que tenía barba de días lo cual lo hacía lucir distinto.

-Ven aquí -dijo mi padre abrazándolo.

Unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos. Pasamos unos cuantos minutos hablando de cómo Doris había dicho mundialmente el secreto mejor guardado.
Después mi padre se fue dejándonos a solas.

-Sé que no tengo un anillo pero, lo conseguire lo más pronto posible -dijo Tom mirándome.

-¿Me veré linda de blanco? -dije quitándome el abrigo y la panza se noto aún más.

-Eres tan preciosa -dijo Tom con ternura acercándose a mi.

Unió nuestros labios en un largo y hambriento beso, lo había extrañado. Cada parte de él incluso su calor.

-¿Habría problema con la bebé si decido...?

-Tooom -alargue su nombre echándome a reír -¿Quieres tener sexo con una embarazada?

-Bueno si lo dices así suena extraño. Quiero hacer el amor con la mujer que extrañe y secretamente estaba embarazada, no sería la primera vez -dijo uniendo nuevamente nuestros labios.

-Te quiero Tom...

-Te quiero aun más, Ann.

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