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Tom Pov

Salí del hotel sintiéndome mal por hablarle así a Bill.
Pero me sentía peor ya que Annica jamás me mencionó nada sobre el embarazo... eso explicaba por que dormía más de lo habitual e incluso por que su cuerpo se veía más voluptuoso.
Golpe los botones del elevador y suspire frustrado.

Sentí como mi celular vibraba, pasé una mano por mi frente con desesperación y después conteste.

—¿Tom? Tom que diablos te pasa, ¿Porqué me hablaste así?

—Vete al diablo Chantelle.

—Eres un idiota. No eres nadie por eso Annica huyo de tu lado, sabía que no serias un buen padre.

—Jódete.

Colgué y apreté el celular sintiéndome aun más enojado.
Yo conocía a Ann, ella no se fue solo por que sí. En las grabaciones se notaba muy apegada a mi, se lo difícil que pudo haber sido para ella tanto para mí.

Tenía que pensar bien, pensar bien y dar con ella para hablar.

Annica Pov

—T... Tom, ¿Qué haces aquí? —dije tartamudeando y abrigadome, no quería que viese mi panza no aún.

Su mirada era fría e incluso la tensión se notaba en todo el ambiente.

—Necesito... necesito entrar, Tom —dije aunque por dentro solo quería echarme en sus brazos, le había extrañado pero sabia que él estaba con alguien ahora.

—¿Porqué no mencionaste nada? —su voz salio tan distante que sentí como si fuese un golpe.

—No quiero hablar de esto ahora, solo necesito descansar —dije sintiendo mis ojos cristalizarse.

—¿Vas a seguir evitandome? ¿Qué vas a decirle cuando crezca? Que su padre le abandonó y fuiste la única que estuvo a su lado, cuando yo ni siquiera estaba enterado de nada.

—Tom, por favor basta. ¿Tu crees que para mi ha sido fácil? —le miré acercándome y su semblante cambió.

—¿Me abandonaste o simplemente te alejaste porque no sabias que hacer con todo el amor que estaba dispuesto a darte? —me miró y vi como lentamente sus ojos se ponían rojos.

—Estaba asustada. Yo no quería arruinar tu carrera, yo solo...

—Eso podría haberse arreglado Annica —dijo de golpe y se alejo de mi —Todo pudo haberse hablado desde un principio y sabes, yo habría estado contigo todo este tiempo.

—Tom, para —sentí lágrimas caer.

—Dime una cosa Ann, ¿Aún me quieres? —se acercó a mi tomándome por los hombros.

—No hagamos esto más difícil de lo que ya es —lo miré y una lagrima se deslizó por su mejilla.

—Por qué yo no he dejado de pensar en ti en todo este maldito tiempo...

—En nosotras —dije mirándole y sus ojos se abrieron como platos.

—Ann... no, ¿Estás jugando conmigo? —una sonrisa apareció en su rostro y sus ojos brillaron.

—Es una pequeña, Tom —dije sonriendo de igual modo.

—Ay carajo, debe ser una mala broma —su enojo desapareció convirtiéndose en felicidad.

—Lo lamento estaba tan asustada —sentí las lagrimas salir por fin.

—Cariño... no tienes que pedir perdón por nada, yo fui el idiota —dijo acercándose nuevamente a mí.

Sus ojos se encontraron con los mios, y su mano fue hasta mandíbula, poco a poco comenzó a acercarse.

—¿Tú? —los dos nos sobresaltamos al escuchar la voz de mi padre.

Miré a mi padre y el nos miró molesto. Y sin decir otra cosa, su puño llegó hasta la mandíbula de Tom.

—¡Papá! Detente, por dios —dije aportándole para después mirar a Tom el cual no hizo nada más que una mueca de dolor.

—Lo merecía —dijo Tom frunciendo el ceño —Joder...

—¿Qué hace él aquí? ¿Les hizo daño? —pregunto mi padre preocupado.

—Vine a hablar con Ann —dijo Tom.

—Estoy hablando con ella, ¿Nos permites? —dijo mi padre mirándole.

Tom levantó los hombros y mi padre me hizo pasar al departamento, le eche una última mirada a Tom y entramos.

—¿Qué hace él aquí? Sabes, hazlo pasar. Hazlo pasar ese chico va a escuchar a Edward Wilson —dijo mi padre molesto pero a mi me hizo reír.

—Bien —dije abriendo otra vez la puerta, al abrirla lo vi sentado en el piso mientras jugaba con su reloj. —Puedes entrar.

Se puso de pie y lo deje entrar. Fuimos hasta la sala y el miraba a mi padre sin decir nada.

—Cuando me dijeron que habían amenazado al portero lo entendí. Pero jamás creí que habrías sido tu, y conseguí este departamento para la privacidad de Annica. —dijo mi padre.

—¿Cómo sabías que vendría aquí? —le miré.

—¿Cómo sabes que ella vive aquí?

Tom nos miró a los dos y después comenzó a hablar.

—Soy Tom Kaulitz. Tengo muchas influencias y por el rumor, se filtro mucha información... busque a alguien de confianza para que me dijera en donde vives ya que con las chicas no estaban tus cosas.

—¿Cómo sabías que vendría aquí? —insistí.

—Porqué tu sabías que iría a París a buscarte —dijo sincero.

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