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Escuchen "Turning Page." Le dará un poco más de emoción al capítulo.

Habían pasado dos meses desde el nacimiento de Peyton.
Las chicas la cuidaron la mayoría del tiempo ya que los chicos habían regresado para terminar la gira hace apenas unas semanas.
Siempre hacia videollamada con Tom y Pey siempre reía cuando hablaba con él, o más bien Tom hablaba con ella.

Las fans habían aceptado que Tom había tenido un bebé e incluso muchas dejaban regalos aunque otras aún seguian llenando mis cuentas de mensajes ofensivos.
Mis padres me visitaban seguido y yo jamás me había sentido tan feliz en todo este tiempo.

—Liz, pasame el velo —dijo mi madre.

Liz corria de un lado a otro, Doris y Mica arreglaban los últimos detalles de sus vestidos y Eli cuidaba a Pey.
Todas estaban vestidas de beige, al igual de Pey la cual se veía muy tierna y chiquita.

—Estoy nerviosa —dije y mi madre me miró con un brillo especial en sus ojos.

—Sabía que él era el bueno, aunque con algunos defectos pero... lo sabía —me guiño el ojo.

—No pensaras en irte a París otra vez —escuché la voz de Bill.

Al mirarlo sus manos fueron a su boca y corrió a abrazarme.

—Eres bellísima —beso mi mejilla y le sonreí.

—¿Cómo está Tom? —le miré.

—Está todo bajo control, nada de que preocuparse. Pero, yo vengo por estas nenas —dijo dirigiéndose hasta Eli y Pey.

—Apuesto a que él no está muerto de nervios como yo —susurré para mi misma.

Tom Pov

—Estás jodidamente nervioso, relájate Kaulitz —dijo Georg.

—¿Y si se arrepiente? Carajo, ¿están seguros de que ella está aquí?

—Tom. Tranquilízate. Bill fue por Pey, todo está bien. Mejor apúrate faltan 10 minutos y tú eres el que tiene que estar primero en el altar.

—Es cierto, joder.

Me miré por última vez al espejo.
En mi vida habría jurado usar traje y zapatos, aunque ahora era distinto me sentía bien. Aunque nervioso.
Arregle mi corbata por última vez y baje hasta el jardín.

Habíamos decidido hacer esto privado. Así que optamos por hacerlo en nuestro nuevo hogar.
Había comprado una casa, un hogar más apropiado para Pey. Con un jardín enorme.

—¿Nervioso hijo? —escuché al padre de Ann.

—Como nunca —le confesé.

—Todo esta bajo control, mírame estoy tranquilo —dijo confiado.

—Señor Wilson, tiene que ir por Anni. Usted la traerá al altar —dijo Liz desde el pequeño balcón.

—Maldición —dijo corriendo dentro de casa.

No pude evitar no reírme. Aunque fue más por los nervios, todos estábamos nerviosos y se notaba.

Todos se acomodaron en los asientos, yo estaba enfrente de la puerta principal al jardín esperando a que entrará Ann.
Mis manos sudaban y sentía mis mejillas rojas, aunque trataba de tranquilizarme.

Todos voltearon y mis nervios se calmaron al ver a Bill con Peyton en sus brazos caminando hasta a mí.
Se veía preciosa con esa diadema en su cabeza, sus ojos azules eran brillantes y al verme sonrió.
Bill se la entregó a la madre de Ann y se puso a mi lado.

—Las dos están preciosas, estoy orgulloso de ti —dijo.

Sus palabras hicieron a mis ojos cristalizarse.
Hace un año no me abría imaginado aquí.
Recuerdo la primera vez que vi a Ann...
En una revista de vestidos de novia que tenía Isabella, recuerdo haber ido incluso a esa tienda y encontrarla por primera vez, en como me rechazo y desde ahí empecé a seguirle el paso.
Como Bill también se acercó a ella, aquel error en la aplicación de WhatsApp que por suerte terminó en esto.

Recordé la primera vez que la bese, la primera vez que nos entregamos y con eso Peyton llegó a nuestras vidas.
En como aquellas noches en el hospital me quedaba despierto y le prometía haber estado dormido pero en realidad solo quería cuidar de mis chicas.
En como visitaba a Pey viéndola desde una ventana en su encubadora.
La primera vez que la tuve en mis brazos.
En como amenace a miles de personas para tener información de donde vivía Ann al volver de París.
En como su padre me golpeó cuando me vio.

Mordí mi labio sonriendo, jamás creí que aquella chica se convertiría en ahora mi esposa.

Todos se pusieron de pie, y trague saliva aún más nervioso.
Entonces apareció... su rostro cubierto por una tela lo suficientemente transparente para poder notar su sonrisa al verme.
Sentí la lágrimas cayendo por mis mejillas.
Caminaba del brazo de su padre.
Estaba orgulloso de ella, de la madre tan magnífica que era, de su forma de enseñarme a ser un buen padre para Pey.
Se que tenía que aprender aún más de ella pues, más que mi esposa era mi ejemplo a ser mejor persona.

Al estar frente a mí, su mano fue hasta mi mejilla donde sentí como secaba mis lágrimas.
Le sonreí y ella mordió su labio nerviosa.

Sé que todo fue por un error Ann... pero enamorarme de ti. Ese jamás fue un error.

Fin...

Bueno chicas, aquí termina esta pequeña novela de Tom. Se que quizá esperaban aún más, pero de mi parte lo di todo.
Aparte de que tengo otras novelas las cuales también quiero terminar pero poco a poco lo haré.
Muchísimas gracias por leer Amores Dorados, el cual estuvo inspirado en un grupo de chicas que conocí, si quieren unirse pueden comentar y les haré llegar el link.
Las quiero y no las abandono, las veo en mi otra novela la cual seguiré continuando.
Donde un Tom completamente distinto estará presente.
Agradecimientos a mis chicas de Amores Dorados.
Agradecimientos a mis fieles lectoras.
Las amo.

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