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TaeSan caminaba a casa en silencio, pensando en el gran cambio que había dado su vida si la comparaba con el año pasado

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TaeSan caminaba a casa en silencio, pensando en el gran cambio que había dado su vida si la comparaba con el año pasado.

Ya no tenía amigos, su padre le había pedido que no los tuviera y cortara toda clase de relación con gente que no fuera parte de su familia y TaeSan, como él buen hijo que era, había obedecido.

Antes, las caminatas hacia casa estaban plagadas de risas, ruido y muchos chistes malos, pero desde que mamá está encerrada en el sótano de la casa, la vida de TaeSan había dado un giro de 180 grados.

Su padre le había dicho que su madre estaba allí encerrada porque ella era mala, ella había prometido frente a Dios y a la iglesia, que estaría con él en las buenas y en las malas, pero de un momento a otro, después de trece años de matrimonio y doce desde su nacimiento, Amelia le había dicho a SungHoon que quería el divorcio, alegando que no soportaba sus actitudes machistas y limitantes.

Habían tenido una muy fuerte discusión en la sala de estar, y lo próximo que supo TaeSan era que debía bajar a alimentar a su madre, quien se encontraba llorando y berreando en el sótano, como un animal.

Como un animal enjaulado, uno que fue privado de su libertad.

Llevaban cerca de dos meses así y TaeSan comenzaba a sentirse un poco incómodo en el ambiente "familiar"

Él era el encargado de bajar a alimentar a su madre, porqué si SungHoon bajaba, Amelia no comía, es más, comenzaba a llorar y gritar, pataleaba y en ocasiones golpeaba SungHoon, gritando que no quería nada de un monstruo cómo él.

TaeSan había entendido que su padre era un monstruo, pero era uno bastante considerado, porqué él se preocupaba por su madre.

Le daba regalos, le compraba ropa y joyas nuevas que ella no podría mostrar al mundo exterior, cocinaba sus comidas favoritas, le compraba cientos y cientos de libros porqué ella amaba leer y mantenía el sótano limpió, ordenado y bien acomodado.

Su madre no dormía en el suelo, dormía en una gran y cómoda cama que SungHoon había comprado para ella. Pero estaba esposada de manos y pies a la misma, solo era liberada cuando SungHoon bajaba para "pasar tiempo con ella", pero le era imposible escapar, pues la puerta era asegurada desde afuera. TaeSan era quien abría apenas su padre terminaba.

TaeSan suspira, de nuevo en silencio, sintiéndose harto de su situación pero al mismo tiempo, acorralado.

No sabe que hacer para ayudar a su mamá, le duele verla llorar todo el tiempo.

"—Prométeme que no serás cómo él, prométeme que tú no serás un monstruo bebé, prométemelo por favor". Su madre sollozaba todos los días mientras repetía esas palabras, él se quedaba callado y la admiraba llorar.

No podía prometer algo que no sabía si iba a cumplir, pero hacía todo lo posible por tratar de calmar a su madre.

"—No llores más, mami, te prometo que nunca seré como mi papá... Te amo". Esas eran las palabras vacías y cargadas de desinterés que TaeSan le dedicaba a su madre.

𝘆𝗼𝘂𝗿 boyfriend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora