𝘆𝗼𝘂𝗿 boyfriend

⌗ 귀신⠀ᯇ 12 ⭒⠀

—¿Donde estamos? —preguntó la pequeña de cinco años, su madre la tomó en brazos, acomodándola sobre su pecho.

Habían tenido un viaje en carretera qué duró un aproximado de dos horas, la niña disfrutó el silencioso viaje qué solo era interrumpido por la suave música qué pasaban por el radio del auto.

Roro había descubierto qué le gustaba mucho el silencio, le hacía sentir tranquila y relajada.

Había cumplido los cinco el mes pasado, aún recuerda lo caótica y ruidosa que fue su fiesta de cumpleaños, la detesto con toda su alma. Si bien había sido con temática de peces Koi, su animal favorito, el ruido qué hacían los otros niños, el ruido de las fuertes canciones con letras que no entendía, el desastre y apuró que esa fiesta se llevó, le hizo darse cuenta de lo mucho que detestaba los lugares ruidosos.

Por eso arrugo el rostro en señal de desagrado apenas bajaron del auto. El lugar en el qué estaban se veía ruidoso... Demasiado ruidoso, había gallinas corriendo por todas partes, perros ladrando sin una razón aparente, era desastroso. No entendía por qué sus padres le habían traído aquí y seguían sin responder a sus preguntas.

Su madre camino con ella en brazos, seguidas de su padre que iba detrás de ellas.

Roro se sentía extraña.

Pronto llegaron a una pequeña casa, qué no hizo más que ponerla aún más incómoda de lo qué ya estaba.

—¿Donde estamos? —volvió a preguntar.

—Vinimos de visita a casa de los tíos Kim, no te preocupes. —le respondió su papá, pero la atención de Roro se desvió a la maleta rosa que él hombre llevaba, ¿esa no era su maleta?

No estaba entendiendo nada, absolutamente nada.

Su madre tocó la puerta, inmediatamente se escucharon pasos, y después de unos segundos, abrieron la puerta, revelando así a los tíos Kim.

Una mujer muy parecida a su papá, acompañada de un hombre con aspecto desaliñado, ambos tenían manchas en su ropa, aparentemente era pintura rosa. Su color favorito, el mismo color de la maleta.

—¡Pero si es la pequeñísima Roro, mira qué grande qué estás! —chillo su "tía", Roro frunció el ceño, aferrándose aún más a su mamá.

—Tranquila Roro, estarás bien. Anda, ve a jugar mientras los adultos hablamos. —dijo su madre, bajándola de sus brazos. La niña hizo una mueca, pero terminó asintiendo.

Se daría la misión de explorar esa ruidosa casa.

Sin saber, qué pasaría más que unas cuantas horas en la ruidosa casa de los tíos Kim. Ese sería el inicio de todos sus problemas.