2. (J)

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Ahí estaba, Yoon Jeonghan enfrente de su mayor enemigo, muchas veces debía de recordarse a sí mismo que no podía verlo lindo porque lo odiaba, así que volteó a ver sus manos, dejando uno de los menús frente a él.

- Hola, Seungcheol... - murmuró aún con aquella sonrisa forzada. - ¿Que es lo que deseas pedir del menú?

Cheol desvió su mirada de los ojos del rubio para mirar el menú, vocalizando en voz baja un "mhmm" mientras veía las opciones.

- Es que estoy esperando a alguien, creo que prefiero esperar a que llegue. - mencionó dedicándole a Jeonghan una pequeña sonrisa, logrando que sus hoyuelos se hicieran presentes en las pálidas mejillas del pelinegro.

- Claro, ¿Quieres que te deje un menú extra? - preguntó Jeonghan tratando todo lo posible por evitar la mirada del mayor.

En su mente cruzaban miles de insultos que iban directamente hacia el contrario, de todas las cafeterías de Seoul tenía que estar en ésa, en la que Jeonghan trabajaba.

- Creo que sí, estaría bien, muchas gracias. - Cheol extendió su mano, tomando uno de los menús que Jeonghan tenía, logrando rozar sus falanges con los contrarios.

Jeonghan hizo una pequeña mueca que por supuesto Seungcheol no notó.

- Estaré pendiente para cuando quieras ordenar.

Con esas palabras, Jeonghan se alejó lo más rápido que pudo de la mesa, dejando los menús sobre el mostrador, dirigiéndose al baño para lavar sus manos, dejando salir todo el aire que estaba conteniendo.

Maldito Choi Seungcheol.

Jeonghan aprovechó a lavar su cara y se apresuró a salir, quiso gritar en el baño del coraje, no podía dejar a un cliente sin atender, aunque fuera Seungcheol, cómo quería que en ése momento se abriera un agujero debajo de su silla y se lo tragara para no volver a verlo nunca más.

Después de unos minutos de patalear y hacer coraje en el baño, Jeonghan salió, dándose cuenta de que la persona a la que Seungcheol estaba esperando había llegado, era una chica, Seo Soojin.

Su día no podía ser peor.

¿Que hacía Soojin con él?, Jeonghan gustaba de ella desde que entraron al bachillerato, pero ella era de otra clase social y jamás se fijaría en él, así que Jeonghan jamás intentó nada, solo eran compañeros de clase.

- Jeonghannie, ¿Podrías venir? - dijo el pelinegro, llamando la atención de Jeonghan que sentía que ahora él tenía un agujero en el pecho y ojalá este se lo tragara.

Se acercó a la mesa de ambos, sonriendo levemente a la fémina, ella le correspondió y aquello hizo sentir mejor a Yoon.

- Pide tú, primero las damas. - dijo Choi a la pelinegra, sonriendo al mirarla.

El corazón de Jeonghan volvió a pinchar.

- Gracias, Seungcheolie. - Seungcheolie... - quiero un Taro Latte y un cheesecake de fresas con moras azules, por favor.

El rubio solo pudo asentir, anotando el pedido en su libreta.

- Yo quiero un Chai Latte y una galleta red velvet, con relleno, por favor, Hannie. - Seungcheol le regresó uno de los menús a Jeonghan y éste hizo una pequeña reverencia antes de retirarse.

Se acercó a la máquina para comenzar a preparar los pedidos, mientras, servía un pedazo de cheesecake en un plato y lo ponía en la bandeja, tomó una pequeña bolsa de papel para poner la galleta dentro de ésta, acomodandolo a un lado del cheesecake, una vez estuvieron listos ambos lattes, los dejó de igual manera a un lado de la galleta y el cheesecake.

The Problem Of Yoon Jeonghan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora