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-Ahora estará en un lugar mejor y sin sufrir, ahora tienes un ángel que te vigila y te protege allá donde quiera que esté- me sigue reteniendo en sus brazos hasta que me siento un poco calmada

-Venga, ¿ha ocurrido algo en lo que yo no he estado?, así me distraigo un poco- trato de quitar un poco de tensión al ambiente, me siento en la cama de Saray junto a su propietaria y la mora se sienta enfrente a nosotras

-Hanbal aún no me ha llamado pero creo que pronto lo hará, oye que ahora que no necesitas ese dinero para los tratamientos y no quiero sonar como aprovechada de la situación, pero si ya no quieres participar en esto no hay ningún problema- yo niego con la cabeza

-Ya te dije en su momento que estoy dentro y lo seguiré estando, usaré ese dinero para algo de provecho o para salir de aquí, total, ya no me importa nada, no tengo nada que perder-

-Está bien, ahora hay cierto conflicto entre nosotras- habla la gitana mientras fulmina a la que está frente a nosotras con la mirada

-¿Por qué?-

-Por que he hecho que su familia sepa la verdad de ella, que es una bollera y que no se puede casar con un hombre, y da igual la tradición de su gente de que desde su primera regla esté comprometida con un hombre, pero que ella es libre de ser quien quiera ser y es mayorcita para tomar sus propias decisiones- dice con firmeza 

-Pero que eso no te debe de importar, que si yo no me caso echan a mi familia del poblado por mi culpa, tengo que casarme por ellos, porque si mi padre me dice que me case yo lo hago y punto, es lo que me han enseñado y es lo que haré- dice con voz más alterada la de cabello largo- ¿tú qué dices de esto?- me miran ambas

-Yo en verdad estoy en un punto medio, entiendo el punto de que sigas la tradición de que te cases según las órdenes de tu padre porque así es tu cultura y es completamente respetable y por el hecho de que de eso depende la estabilidad de toda tu familia, pero por otra parte también es importante el hecho de que ellos sepan quién eres en verdad, lo que eres en realidad, tus gustos y preferencias ya que eres libre de elegir por ti misma y tienes la libertad de hacer aquello que más te guste y te haga feliz, pero no puedo decantarme por un lado o por el otro por eso estoy en un punto medio, así que por favor, no me hagan elegir un lado u otro, además de porque no quiero tener problemas con las dos según mi opinión- juego un poco con mis manos antes de verlas y parecen entender mi posición

-Está bien, es comprensible tu punto de vista- Saray se vuelve a sentar a mi lado- ¿sabes cuándo se va a hacer el funeral?-

-No, o Marco o Mike le avisará a la directora para poder sacarme, ya yo les di las indicaciones de lo que deben hacer- me aparto una lágrima que se me ha escapado, miro hacia la puerta y veo que las reclusas salen de las celdas para ir al comedor

-Vamos a que comas algo, seguro que no has comido desde que te fuiste hace un par de horas- 

-No tengo hambre- niego con la cabeza

-Vamos para que al menos tengas algo en el estómago, y también me haces compañía- la más alta toma mi brazo y tira de él para ponerme en pie

-Está bien- acepto antes de volver a ponerme la capucha y miro a la otra mujer que está cruzada de brazos

-Yo os alcanzo ahora- asiento antes de salir con la gitana o prácticamente ser arrastrada por ella bajando las escaleras rumbo al comedor y voy metida en mis pensamientos hasta que siento unos brazos rodearme justo cuando he terminado de bajar las escaleras, me giro y veo que se trata de Rizos

-Me alegra verte de vuelta, ¿dónde has estado tantas horas?- pregunta animada pero yo me encojo de hombros- oye, ¿estás bien?-

-Sí, no te preocupes- trato de restarle importancia ya que no quiero volver a llorar

El Escorpión y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora