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-No, sé que no podrá hacerme daño, no tiene el aguijón, y aunque lo tuviera su veneno no sería capaz de matarme al completo, tal vez provocarme algo grave que si no se trata adecuadamente sí que podría matarme, pero no de inmediato, por eso no le temo- explico mientras lo miro con curiosidad

-¿Y eso cómo lo sabes?- parece un tanto molesta o algo así, alzo la mirada y la miro a sus ojos marrones con unos toques verdosos

-Porque los grandes a pesar de su tamaño, no son tan peligrosos, sí, son imponentes, fuertes y dan miedo pero son sólo eso, lo más peligrosos son los más pequeños, se ocultan con mayor facilidad y piensan que son débiles por su tamaño, pero cuando menos te lo esperas atacan y pican, su veneno es mucho más potente que el de los grandes, muchos los temen, pero a mí me gustan, sobre todo el escorpión albino sahariano, son fascinantes- sonrío levemente y vuelvo mi mirada al insecto y le doy un par de toques lejos de sus grandes pinzas

-Eres intrigante, novata, ya descubriré quién eres de verdad- dice antes de ver que entra Saray y yo me alejo dispuesta a subir a mi cama cuando soy estampada contra la pared e inmovilizada con un brazo sobre mi cuello

-¿Pero a ti qué te pasa?- le pregunto molesta y aprieta el agarre

-Te dije que no te acercaras a mi Rizos y tú vas y haces lo contrario- prácticamente me grita y cada vez me encuentro con la necesidad de liberarme, intento explicarme pero no me deja, así que no me queda de otra que zafarme de su agarre, de un rápido movimiento tomo su brazo y hago que quede de frente pegada a la pared y el brazo por su espalda de manera de que si lo muevo pueda dislocarle alguna parte del brazo- ¿pero qué haces puta loca?, suéltame que te reviento-

-Yo que tú no soy una toleta y no me muevo, puedo con un movimiento dislocar una parte del brazo y créeme que no quiero herirte, así que ahora me vas a escuchar, ¿ha quedado claro?- le digo con firmeza y no recibo respuesta alguna- te he hecho una pregunta- le insisto mientras muevo un poco el brazo y ella se queja

-Está bien, pero ahora suéltame- contesta con rapidez y hago lo dicho, le suelto y ella mueve su brazo, seguramente por que le duele algo

-Tranquila, el dolor será pasajero, déjalo descansar y se te pasará, ahora escúchame bien, yo te dije en su momento que sólo quiero hacer las cosas más llevaderas, ella me parece mona, sí, pero sólo eso, ella no me interesa, sólo me cae bien y ha sido amable conmigo todo el tiempo, además, ella ha sido quien se ha acercado a mí todas las veces, yo nunca la he buscado, joder, que no llevo ni un día aquí y ya me estás acusando de algo que no he hecho y sólo por verme hablar con ella y ser amable, la próxima vez que tengas que acusarme pregúntame si tus sospechas son ciertas o no y compruébalo, si vuelve a pasar, haré algo que no quiero hacer porque no sólo nos perjudicará a nosotras dos- le advierto y se queda callada

-Está bien, perdona- se disculpa y yo lo acepto- eres fuerte y rápida a pesar de tu aspecto- comenta mientras yo me subo otra vez a mi cama- algo me dice que tú te has dedicao’ a algo de eso- bufo un poco poniendo los ojos en blanco

-Algo así, no quiero hablar mucho de ello- me abrazo a mí misma pero hago una mueca al percibir mi olor- oye, ¿cuándo es la hora de la ducha?- les pregunto 

-Has llegado más tarde de la hora esa, se hace por la mañana, pero tal vez si hablas con algún guardia puedas ir- habla por fin Casper con un ligero hilo de voz, supongo que es por temor a lo que le pueda pasar, pienso en la situación y sé que Valbuena está cerca

-Ese hijo de puta está rondando por aquí, por lo que es muy probable que tenga que hablar con él y no me va a dejar al igual que intentará humillarme o algo por el estilo por lo de hace un rato, así que será mejor esperar a mañana, no quiero más problemas- suspiro y me cruzo de brazos

El Escorpión y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora