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-Le pido perdón por lo que le he hecho- dice a regañadientes 

-Está bien, y espero que se de prisa a la hora de traerme el cuaderno, por favor- sonrío levemente y ahora miro a la directora- directora, ¿me puede dejar un par de folios ya que mi cuaderno está roto, por favor?-

-Claro, no hay problema- saca de su cajón un pequeño tocho de hojas y me los entrega, yo lo cojo y las doblo a la mitad y las escondo bajo mi uniforme- si eso es todo ya pueden retirarse- asiento y me voy por donde mismo me han arrastrado bajo la mirada fulminante del guardia, llego a la galería y subo las escaleras hasta llegar a mi celda, al entrar me encuentro con dos de mis tres compañeras, en cuanto me ven la gitana se acerca a mí 

-¿Por qué Valbuena te sacó así de aquí?- pregunta mientras yo saco de bajo mi ropa las hojas y las dejo en la mesa junto a los restos de mi cuaderno y suspiro de frustración

-Es un hijo de puta, Valbuena, que no tuvo en cuenta mi expediente, intenté explicarme pero no quiso escucharme y me llevó con la directora después de romperme el cuaderno y ahora no sólo se ha tenido que disculpar personalmente, también tendrá que comprarme uno nuevo de buena calidad y verificado por ella- sonrío con orgullo

-Tú sí que tienes un par, pero ahora ten mucho cuidao’, ahora la tendrá tomada contigo- me advierte mientras mira las páginas que estoy tratando de ordenar según recuerdo- tú tranquila, me has caido bien, tú te pones conmigo y no te tocará ni un pelo- sonríe pasando su brazo sobre mis hombros y pasados unos pocos segundos me aparto y me ve confundida

-Gracias, y perdona por eso, no soy muy tolerante a mucho contacto físico, sólo en determinadas ocasiones y le tengo mucha confianza a esa persona, por eso también me vine antes a la celda, no me gusta mucho estar rodeada de muchas personas, me agobio y me pongo muy nerviosa- me explico encogida de hombros

-Es bueno saberlo, oye, ¿y quién ha hecho esos dibujos?- mira curiosa las hojas que mejor estado tienen

-Pues los he hecho yo, es mío todo lo que hay en el, bueno, intento de reconstrucción de cuaderno- dejo caer mis hombros- me ayuda a estar tranquila o a expresarme ya que me cuesta al igual que canalizar mis emociones-

-Bueno, pues habrá que tenerlo en cuenta- sonríe levemente y yo hago lo mismo, aparece otro guardia y nos avisa que tenemos que irnos al patio, guardo todas mis cosas y me pongo las zapatillas antes de bajar acompañada de Saray, al llegar al amplio patio veo a varios grupos distribuidos por todos lados, yo busco algún lugar donde poder distraerme- ¿qué?, ¿nos echamos un partidito?- señala con la cabeza la cancha de baloncesto, considero su idea y sonrío quitándome la camisa amarilla quedando con la corta blanca

-Vale, ¿uno contra uno?- propongo y sonríe a modo de confirmación, dejo mi camisa en la grada y caliento un poco para que no tenga ningún tirón muscular y empezamos el partido picándonos un poco la una a la otra mientras intentamos marcar punto, la verdad es que es buena y su altura es una ventaja, pero yo sé compensar eso y estamos siempre empatadas, estamos centradas en el partido que hasta no nos hemos dado cuenta de que ahora somos el punto de mira de muchas espectadoras- venga, la última que enceste gana, ¿te parece?-

-Te voy a reventar- dice segura de sí misma

-Que te lo has creído gitana- le molesto un poco y retomamos el partido y tras luchar un poco consigo ganarle y lo celebro bastante alegre- te lo dije- me chuleo un poco y ella pasa su mano por mi cabeza despeinandome- oye- le empujo un poco mientras río

-Eres buena, pero habrá sido la suerte del principiante, ya me cobraré la revancha- 

-Y con gusto veremos si puedes ganarme- sonrío con orgullo y me voy a por mi camisa que justamente la tiene entre sus manos cierta mora pelinegra, me acerco y me da la camisa- gracias-

El Escorpión y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora