ooo. ━ back to you .
☆ ❛ but if we loved again,
i swear i'd love you right ❜
. . . ¡ volver a ese día de septiembre donde
isabelle tomó la peor decisión de su vida
era imposible, pero el destino estaba
dándole una nueva oportuni...
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— ¿el doctor no te recomendó estar en reposo? — preguntó isa cruzándose de brazos. No quería sonar entrometida, pero temía un poco por el bienestar de su mejor amiga.
Valentina había aparecido en su hotel esa mañana para avisarle —ni siquiera consultarle— que ella y neymar iban a acompañarlos a ver el partido de francia. Según sus palabras, iba porque hace tiempo tenía ganas de ver un partido de francia pero nunca tuvo la oportunidad hasta ese momento, y el brasileño la acompañaba para asegurarse de que todo estuviera bien.
— solo reposo relativo, no absoluto — se encogió de hombros. — puedo hacer mi vida con normalidad.
Lo que más le preocupaba a isa era su salud; ese día, al contrario de todos los demás, asistían al partido en la tribuna y no en el palco por alguna razón, así que no iban a tener mucho espacio para ellos. La portuguesa podía llegar a sentirse incómoda con su panza y rodeada de tanta gente.
Pero si ella y neymar estaban de acuerdo, no podía interferir en su decisión. Además ya tenían sus tickets comprados, iban a ir de todas formas.
Isabelle asintió con la cabeza accediendo a que los acompañaran al partido.
— pero el partido es en tres horas, valen. Podías venir más tarde.
Ella negó. — estamos bien con el tiempo. Iremos a almorzar al mejor restaurant que conozco y luego nos iremos al estadio — se encogió de hombros.
Mandó a su mejor amiga a cambiarse de ropa mientras ella los esperaba afuera con neymar. A isa no le quedó de otra que buscar su camiseta de francia y la de leroy rápidamente para no hacerlos esperar mucho.
— mamá, falta mucho para el partido.. — dijo el niño cuando isa comenzó a vestirlo. Estaba tranquilo viendo televisión hasta que su madre apareció con ropa.
— lo sé, roy — contestó planchándole la camiseta con las manos. — pero valen vino a buscarnos para que fueramos a almorzar con ella y neymar. No podemos decirle que no.
Leroy asintió con la cabeza y se dejó vestir para luego volver a sentarse en la cama viendo televisión mientras la que se cambiaba era la inglesa.
— ¿te ayudo con los zapatos? — preguntó el rubiecito viendo a la ojiazul agacharse para ennudarlos.
— no, mi amor. Muchas gracias — lo miró con una sonrisa y acarició su rostro una vez se irguió. — todavía puedo hacer estas cosas sola.
Besó su mejilla y se puso de pie. Se observó a si misma, luego a su hijo para comprobar que estuvieran listos.
