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No sabía si el frío le atravesaba los huesos, o si la angustia que tenía atrapada en su corazón lograba hacerlo sentir de aquella forma. Desde ese sábado la situación con su novio -o algo así- se colaba en su mente de una manera incesante, lo frustraba y le parecía ridículo el saber que algo así lograba quitarle el sueño, o como mínimo, la tranquilidad.

Tenía el recuerdo de que Matías no era alguien al que le interesaran las drogas, o por lo menos, no las duras. Sin embargo, el sábado lo había sentido tan ajeno, casi como un desconocido.

El teléfono en su mano no vibraba ni emitía ningún sonido, era obvio el hecho de que ninguna notificación había hecho su aparición, o por lo menos no a hasta el momento. Otra razón por la que sentirse vulnerable.

A su memoria llegaron situaciones con Matías, tales como aquella en la que se conocieron en esa salida en la que Io vió, pero eso sólo logró recordarle lo estúpido que era. Soulé siempre cargó con todo, con los problemas familiares, con una madre en quilombos, con una vida con quilombos, con unos ojos llorosos los cuales intentaba tapar con la aparición de tonos rojizos en ellos por causa de las diferentes sustancias que consumía.

Mismos tonos que ahora cargaba en los suyos; lo presentía e incluso juraba que sus orbes ahora eran una mezcla nefasta entre amoratados y carmesíes, fruto de lágrimas y estados de insomnio.

Ahora, las bajas temperaturas llegaban a todo su cuerpo, recordándole la falta de algún alimento en su estómago, cosa que ignoró por completo. Su ser pesaba y el nudo en su garganta impedía completamente la necesidad de poder comer algo.

Se tenía lastima y asco. No lograba verse desde un tercer lugar, pero se daba auténtica pena. Su caso no era poco común, pero si triste, pero su problema era del todo tercer mundista.

De sus ojos aún caía agua salada. El dolor no cesaba. Se sentó en el colchón, por la ventana se apreciaba la lluvia y la tormenta, la cuál era un desastre, al igual que él.

Los sollozos iniciaron de nuevo irrumpiendo las
penumbras y silencio sepulcral de aquel cuarto. En ese instante, comenzó a culparse de todo lo sucedido, del estado lamentable de su relación, de el seguir perdidamente enamorado de ese hombre, de posar sus ojos en él en un primer momento, de dejarse engañar por todas las palabras bonitas y relatos románticos.

Fue idiota de su parte haberle dejado sus energías, su dinero, sus sentimientos a alguien como Matías. Haber cambiado miles de salidas con amigos, con Facundo, cenas familiares y oportunidades, solamente para gastar el tiempo con alguien como el sonrisa tierna. Repeticiones de los consejos, de las palabras, los miles de retos y reclamos de parte de Buonanotte por seguir del lado de alguien como Soulé, quien parecía que lo usaba para ser su psicólogo o terapeuta.

Mientras las lágrimas comenzaban a dejar una mancha en la ropa de cama, se escuchó un pitido proveniente del teléfono, que en algún punto quedó olvidado en un rincón a un lado de la pared. Y si no fuera por su desesperación ante cualquier tipo de señal por parte de cierta persona, no se hubiera inmutado.

Y lo vió, la notificación se divisaba bien desde el fondo de bloqueo. El temblequeo en sus manos se manifestó al instante.

"Perdón por no decirte que ayer iba a estar en la joda"

"Mañana cuando nos veamos te devuelvo toda la plata"

"Ya te extraño amor ❤️"

Era preocupante los pensamientos positivos que aparecieron instantáneamente tras aquellos tres simples textos. Pero se dejó disfrutar entre sus tristezas, y comenzó a contar de manera inconsciente las horas que quedaban para que el lunes llegara.

Porque si caía por alguien, era por Matías Soulé. Y confiaba con todo su corazón que esas disculpas eran totalmente sinceras.

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se va entendiendo la trama?

les va gustando?

ahre pesada ajska

enfiestado || véliz x souléDonde viven las historias. Descúbrelo ahora