Vandalize | Sonic The Hedgehog

#11 El Despertar de las Copias

Alarmados, una gata y un erizo plateado corrieron a ayudar a un moribundo Sonic, quién simplemente estaba tirado en el suelo, sin fuerzas.

La sombra de su sombrero cubría todo su rostro, no se veía exactamente como estaba el estado de su cara, pero por la sangre recorriendo su rostro, parecía estar grave.

La felina y el psíquico rápidamente ayudaron a levantarse al erizo, que lentamente iba recuperando fuerzas.

- ¡Dios! ¡Sonic! ¿Quien te hizo esto? - preocupada por el estado del erizo, la gata preguntó, sin obtener respuesta, el erizo no estaba lo suficientemente consciente del todo para ponerse de pie, por lo tanto, lo sentaron en un pequeño muro.

- Demonios, ¿Crees que Eggman haya estado a punto de lograr acabar con Sonic? - teorizó, observando el estado de el velocista herido, a lo que el erizo blanco respondió.

- No, Eggman no es de los que tortura, es más "ir directo al grano" con un rayo aniquilador o así, además ¿Por qué lleva todo eso puesto? ¿Pasó por una joyería y tenía dinero de sobra? - comentó extrañado por eso último, criticando los Level Up Items que portaba el erizo.

- Uh... - sonó una tercera voz, proveniente del azulado en mal estado, quien lentamente regresaba a la realidad.

- ...N-Necesito... - Murmuró con sus pocas fuerzas, sin poder formular bien la frase, algo que intrigó al dúo de chicos quienes se acercaron para escuchar mejor al de zapatillas rojas.

- ¿Que dijiste? - preguntó la gata, pero Sonic no respondía corporalmente, hasta que lentamente tenía leves espasmos.

- Necesito... - repitió mejor que la vez anterior, pero aún así no se entendía por completo a qué se refería, intrigando más a ambos.

- ¿Qué cosa? - preguntó el de púas blancas, quién rápidamente sería alarmado por el pequeño temblor que generaba el cuerpo del otro erizo.

- ¡¡LA NECESITO!! - exclamó el azúl, no fue una voz tan fuerte pero de alguna manera se sentía como si lo hubiera dicho desde un altavoz, para seguidamente de un gran espasmo levantarse unos segundos para volver a caer al piso.

Esto confundió al erizo blanco de ojos amarillos y a la felina púrpura quienes se alejaron un poco, y lentamente observaron como el erizo se levantaba otra vez, y se acercaba arrastrándose hacia la gema verde.

La tomó, y comenzó a producir un brillo que iluminaba su alrededor, para progresivamente recuperar fuerzas.

- S-Sonic...¿Estás bien? - preguntó el erizo plateado, siendo respondido por la mirada de reojo del erizo, la sombra de su sombrero cubría su rostro, pero sus pupilas verdes resaltaban como iluminadas luces las cuales penetraban el alma del psíquico, haciendolo retroceder.

El erizo cesó su mirada imponente, arrepintiendose ligeramente por la reacción de terror en su amigo.

- No, no lo estoy... - deprimido, y con mayor fuerza de habla, respondió a la pregunta del plateado.

- Un ardor constante en mi pecho...que se niega a irse...como una sanguijuela, o como Amy en el día de San Valentín...apegándose a todo mi ser - al escuchar aquello último, la chica morada giró desconcertada a ver al plateado, quién al haber presenciado antes como la eriza rosada era tan aferrada al velocista asintió.

- M-Mira, no entiendo exactamente por lo que pasas, pero, puedo estar segura de que lo solucionaremos, además, si es un problema normal no será difícil de...- tratando de reanimar al de ojos verdes, buscando un lado positivo en aquello sin saber.

La princesa trató de posar su mano en el hombro del erizo, pero sería negado por el erizo quien se dió la vuelta apartandola para rápidamente encender sus manos en llamas.