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—Te decía que me salvaste, jschaltt

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—Te decía que me salvaste, jschaltt.

Arquee de una ceja, normalizando ya el color de mis mejillas y el acelerado ritmo de mi corazón.

—Ayer cuando volví a mi casa, Sally me estaba esperando ahí, mis padres la dejaron entrar porque ella y sus padres son buenos amigos de mi familia, pero Sally estaba a poco de entrar en celo, así que anduvo muy cariñosa cuando me encontraba en mi oficina y al llegar a mi casa lo intentó también.

"¡Por eso la marca de labial " pensé, pero no lo dije, simplemente me quedé admirándolo, esperando que continuará hablando, aún yo no entraba en el tema de conversación así que no veía porque lo había salvado si lo único que hice fue llorar como un cachorro abandonado y dormir en sus brazos.

—cuando volví a casa, ella reconoció tu olor en todo el cuerpo y ni siquiera quiso acercarse, después simplemente se fue.

Mi rostro seguramente enrojeció de nuevo a causa de las palabras de Wilbur, aunque no me sentía mal, estaba feliz de saber que le quité encima a la chica esa y por la sonrisa con la que él venía, me imaginé que también.

—¿A ella le gustabas?

—No lo sé, supongo.— Se encogió de hombros, deteniendo su auto en la entrada de mi Universidad.
-Somos amigos desde hace mucho, nuestros padres viven pensando que seríamos una pareja perfecta, imaginó que tanta presión hace que ella lo consideré también.

—¿Han hecho cosas como estas entonces?

—Sí, muchas veces. —Wilbur se acomodó mejor en su asiento, apagando el motor del auto. —Pero no es como que me importe, normalmente lo hace cuando está cerca de su periodo de celo, luego se disculpa. Es una buena amiga si quitas las ganas que tiene de lanzarse en busca de un alfa.

—Creo que es una busca de ti, no de cualquier alfa.

—Me tiene sin cuidado, no estoy interesado en ella y mi alfa tampoco.

—¿y siempre es así? ¿Tu alfa y tú alfa suelen estar de acuerdo con sus gustos?

—Nos llevamos mejor de lo crees, le entrego mi confianza y él no me decepciona.

Wilbur hablaba con naturalidad increíble, no me imagino lo que pasaría si cedo el mando a voluntad a mi omega, seguro para este segundo estaría besando los labios de Wilbur, o rogándole para que me lleve con él que no quiero apartarme ni un segundo de su lado, que quiero que me...

No, no quiero que me muerda

Nadie me va a morder nunca más, primero muerto.

—Debe ser lindo llevar tan bien con ese otro lado.— Suspiré, recargándome en el asiento, observando cada vez la cantidad de personas que llegaban a la Universidad iba aumentando.

—¿Nunca lo has echo?

—Solo durante el celo, nunca por voluntad.

—Ese lado no es tan malo, Schallt— Su pulgar acarició el dorso de mi mano y solo entonces recordé que aún su mano tomaba la mía, fue increíble, me sentía tan a gusto que casi no lo consideré.—No es que tu omega vaya salir a suicidarse, solo hace lo que tu corazón quiere y no te atreves a hacer por miedo.

The perfect omega | ShlattburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora