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—¡Wilbur! Wilbur ¿Estás escuchándome

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—¡Wilbur! Wilbur ¿Estás escuchándome.

Despegué mis ojos de la laptop cuando observé el rostro de Sapnap tan cerca que de un cabezazo seguramente podía romperle la nariz. Me alejé para evitar hacerlo y aunque siempre me había enojado cuando me sacaban de mis momentos de concentración, no quería que iniciáramos otra pelea, mi familia ya estaba cansada con nuestros arrebatos y de tener que arreglar mi oficina por como la dejábamos después de eso.

Sapnap es mi mejor amigo desde que estuve iniciando la secundaria, él era un alfa como yo, sin embargó de algún modo logramos encajar después de molernos golpes un par de veces, no es que me quejé, así eran las clases debido al constate deseo por ser mejor que todos tus compañeros de tu género. Sapnap y yo comprendimos que no había necesidad de llegar a eso, hemos sido amigos desde entonces y aunque cuando no compartimos pensamientos, podemos irnos a los golpes, nunca pasa de eso, aquí el que gana la pelea, tiene razón, fin de la historia.

Mi familia lo contrató para que sea como mi ayudante, mi mano derecha. Ellos se la pasaban la mayor parte de sus años viajando y todo lo que fuera en Londres quedaba en mis manos, así que me trasladaron a mi oficina hace un año, no me quejo, es mucho más grande que la anterior. Ser el único heredero de una compañías más reconocidas a nivel nacional e internacional puede ser algo de demasiado estrés para cualquiera, yo que nací en esa cuna de oro, ya estaba completamente acostumbrado y sabía cuando permitirme vagar e ignorar el trabajo y cuando no.

Por ejemplo, cuando recogía o llevaba a schlatt, ahí me podía permitir ignorar el trabajo solo para después esforzarme el doble, no dejaría que todo se me junté como aquel jueves donde las cosas se salieron de mis manos, aún me hervía la sangre de solo pensar que no acabé con ese desgraciado.

—sapnap ¿Exactamente a dónde les gusta ir a los niños de tres años?

—¿Qué? ¿Cómo voy a saber yo eso?

—No lo sabes, perfecto. Entonces deja de joder y permite que la máquina me responda.

Él rodó los ojos y se sentó en la silla corrediza frente a la mía, separados por mi gran escritorio, continúe buscando entre las páginas las actividades favoritas de pequeños de esa edad, aunque todas las opción opciones que me daban me parecían tan cliché que quise mandarle mi carta a los usuarios de Yahoo para que vallan a la misma mierda con sus respuestas tan obvias e inútiles.

Es importante agradarle a Tubbo, no es que no tuviera experiencia en niños o en cortejos, pero schlatt amaba a su hijo y si realmente deseaba llegar a algo con él, necesitaba poder agradarle a lo más importante en su vida, esa bolita con piernas y brazos que responde al nombre de Tubbo

Sonreí al recordar aquel día que lo conocí, ese temor que creció en mi pecho cuando jschaltt me abrió parte de su vida y me contó su historia, pero por sobre todo, recordé esas ganas que tuve de seguirlo apenas tres minutos después de que se fue. Yo no iba a renunciar a mi Omega solamente por un pasado oscuro, no sería igual que cualquiera, porque necesitaba a schlatt en vida tanto como necesitaba respirar. Así es, he oído de estás historias tantas veces, pero jamás creí vivir una.

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⏰ Última actualización: Jan 04 ⏰

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The perfect omega | ShlattburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora