Tu corazón sera mío, solo mio.

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Habíamos vuelvo como siempre, clases, fiesta cuando podríamos, ir de compras y mucho exámenes y trabajos.

-Como es posible que ya casi salimos de vacaciones de Navidad...

-No lo se... El tiempo pasa demasiado rápido algunas veces.

Aldo y yo ibamos directo a la biblioteca a dejar unos libros.

-Aldo quien te mando a hacer esa pendejada.

-Ey fue el puto Mariana y el Spreen.

-Menos mal que no fue demasiado para nosotros...

Recuerdos.

Estábamos jugando en la clase con un balón de básquet.

-¡Tirarla aquí!

-Prepárate eh.

Mariana estaba justo de tirarle el balón a Spreen y justo entró el profesor pero nadie se dio cuenta y Mariana lo tiro, Spreen lo iba a agarra justo pero él profesor nos llamo la atención.

-Buenos días alumnos, sie... -

Paso el balón enfrente de su cara y solo vimos cómo nos miro con la mirada más fría del mundo.

-Vosotros... ¡QUIEN COÑO LOS MANDO A JUGAR EN MI PUÑETERA CLASE!

Nadie respondió y comenzó a gritar.

-VOSOTROS CUATRO ESTÁIS CASTIGADOS.

Primero agarro a Spreen por la camiseta y después fue por Mariana, fue por Aldo y por último por mi.

-Ey pero nosotros no hicimos nada.

-¡A mi que coño me importa, estáis castigados y ahora mismo iremos a la oficina del director!

Fuimos los cuatro a la oficina del director y los cinco pasamos.

-Buenos días director, quería dicirle que estos cuatro alumnos estaban jugando en mi clase con un balón de básquet.

Él director estaba revisando unos papeles así que no nos miro.

-¿Ah si? Mmmm castigales, que se queden hasta las cinco aquí.

-¿¡Solo éso!?

-Aja...

-Auron... Con todo el respeto... No puedes solo hacer eso, deberías expulsarlos.

Él director dejó de ver los papeles y nos miro a nosotros.

-Ah.. Mira a quien tenemos aquí...

-Ey viejo, no tengo tiempo para que me expulsen de nuevo.

Todos miramos a Spreen por la manera que contestó al director.

-No cambias.... Mira... Tengo mucho trabajo, no es para tanto jugar en clases... Mientras que no te hayan lastimado solo mandalos a quedarse hasta las cinco ordenado los libros de la biblioteca.

El profesor Reborn solo nos miro con cara de odio y nos iba sacar a todos pero justo tosi llamando la atención de todos.

-Aldo y yo no hicimos nada, solo estabamos ahí sentado al lado de Mariana...

El director solo me miro.

-Ahm... Eso.. No te librará de hacerlo lo que dije.

-Nosotros no hicimos nada, nos están culpando de algo.

-¿Que tanto tienes que hacer hoy para que me digas esto?

-Ahm...

-Eso pensaba, vosotros dos llevarán los libros a la biblioteca y Mariana y Spreen los ordenaran.

Mi felicidad eres túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora