Learn to Love Again | George Weasley

65. En el Fritz

Octubre de 2000

Charlie se había ido por algunas semanas, se fue poco después del cumpleaños de Hermione y estaba programado para regresar a mediados de octubre. Mientras tanto, solo estaban George y Verity en la tienda y decir que estaban luchando sin la presencia de Charlie habría sido la subestimación del milenio.

Ahí es donde intervino Eloise. En ausencia de Charlie, había estado ayudando a cerrar la tienda todas las noches lo mejor que podía. Al principio, George se sintió bastante culpable por permitirle trabajar esencialmente para él de forma gratuita, a pesar de que ella le dijo muchas veces que realmente no le importaba. Cada noche ella venía después de un largo día en el Ministerio y reabastecía los estantes con Verity mientras él manejaba el equilibrio de las ganancias de ese día, sin quejarse ni una sola vez.

Había pasado poco más de una semana desde que Verity le planteó por primera vez a George la idea de expandir la tienda a un mercado internacional. Charlie se había ido por solo cinco días en ese momento y ella ya se había dado cuenta de que el tiempo separada de él simplemente no funcionaría para ella a largo plazo, independientemente de la innumerable pila de cartas que él le escribiera todos los días.

Al principio, George se sorprendió mucho porque la idea aparentemente surgió de la nada, pero cuando explicó que había sido una sugerencia de Eloise, de repente tuvo más sentido.

Abrir más tiendas en Inglaterra siempre había sido un objetivo suyo y de Fred, uno que George había abandonado rápidamente tras la prematura muerte de su hermano. Pero la expansión internacional estaba llegando mucho más allá de sus sueños más salvajes. Inicialmente, desdeñó bastante la idea, pero cuanto más hablaban de ella con Verity, más realista empezaba a sonar. Una parte de él se preguntaba si ella había puesto algún tipo de poción en su té de la tarde que lo había convencido de seguir todos sus caprichos.

Honestamente, no dejaría pasar a Verity.

Eventualmente él le dijo que no necesariamente se oponía a la idea, pero sugirió posponer la discusión para después del Año Nuevo. Su objetivo principal en este momento era completar su último invento para la temporada navideña y sintió que finalmente había logrado un gran avance. Lo último que quería era que lo distrajeran otros grandes proyectos dentro del taller.

Por eso se encontró encerrado en su oficina ese miércoles por la noche cuando realmente debería haber estado ayudando a Verity a cerrar la tienda. Honestamente, debería haberla ayudado en cualquier momento ese día, pero simplemente no podía separarse del artilugio dorado frente a él.

Cuántas horas realmente había estado encorvado sobre su escritorio, no tenía ni idea. Ese fue el único revés de mudar su oficina a un viejo armario de almacenamiento, sin ventanas. Sin embargo, la lámpara de aceite que encendió esa mañana se estaba apagando y sabía que Eloise probablemente llegaría pronto del Ministerio, si no lo había hecho ya.

George dejó su varita a un lado y recogió la amalgama de chatarra de oro y bronce frente a él y la colocó en la palma de su mano. Por supuesto, tenía la intención de hacer que este artilugio se viera mucho mejor antes de lanzarlo al público, simplemente necesitaba asegurarse de que la magia dentro de él funcionara correctamente antes de preocuparse por la presentación.

Sus ojos estaban entrenados en su mano, concentrándose fuertemente en el invento que contenía. Al principio, no hizo nada y George sintió la abrumadora necesidad de tirarlo a la papelera junto a su escritorio. Pero de repente, un pequeño conjunto de alas emergió del centro, revoloteando con un tartamudeo como una snitch dorada que había visto días mucho mejores.

Una ola de alivio lo invadió mientras flotaba sobre su mano abierta por unos momentos antes de colapsar en un montón de chatarra en su palma. Si bien podría haber sido mejor, esta fue la prueba más exitosa hasta el momento y le dio suficiente esperanza de que podría resolverlo para Navidad.