Tras Quedar Embarazado del Hijo del Presidente

Capítulo 14

Cuando recibió la llamada de Lin Er, Chen Hao Tian estaba almorzando en el comedor de la fábrica. Chen Hao Tian había estado pescando durante medio día sin conseguir ningún ingrediente y la sopa de verduras de hoy sólo contenía unas pocas hojas de verdura.

"¿Qué? ¿Qué le pasa a la tía?"

"Se rompió la pierna y voy a ir de visita."

Tras escuchar la noticia de que Jiang He se había caído y se había hecho daño en la pierna, Chen Hao Tian no pudo quedarse quieto, se giró y caminó hacia el exterior de la cantina y le preguntó: "¿Quieres que te acompañe?"

Lin Er se apoyó en la puerta de su casa, miró por la ventana y respondió: "No, yo... ya estoy en camino".

"¡Pero tú! Tú... estás embarazado, ¿realmente está bien que vayas solo?" Chen Hao Tian se dirigió a una esquina, bajó la voz y preguntó. No estaba seguro de lo que Lin Er estaba pensando, tampoco sabía si iba acompañado por alguien, sólo pensaba si podría llegar a casa sano y salvo.

"No te preocupes, estaré bien". Lin Er susurró, lo pensó y no le dijo a Chen Hao Tian que iba acompañado por Zhuang Qi Yan, porque sabía que a Chen Hao Tian no le gustaba, sobre todo después de saber que estaba embarazado.

Ocupado en hacer las maletas, Lin Er tampoco almorzó. Con el estómago vacío, se quedó en la entrada del callejón con su gatito en una mano y su equipaje en la otra, esperando a Zhuang Qi Yan. Es imposible que el gato se quede en casa, Chan Hao Tian está a menudo en el trabajo, por lo que seguramente no podría acordarse de alimentar al gato. Puntualmente, un brillante coche negro se dirigió lentamente hacia Lin Er, entonces, desde el coche, el guardaespaldas de Zhuang Qi Yan bajó, ayudó a Lin Er a recoger su equipaje y dijo: "Sr. Lin, por favor".

Zhuang Qi Yan vio al gato y le dijo a su guardaespaldas: "Que lleven al gato al hospital de mascotas durante unos días".

"Sí".

Esperaron un rato, y a los diez minutos otro guardaespaldas se llevó al gato, que miraba a Lin Er y aullaba mientras se lo llevaban.

Lin Er se subió en el asiento trasero del coche y se sentó con Zhuang Qi Yan, mientras el guardaespaldas guardaba el equipaje, se sentaba delante y seguía conduciendo.

"¿Tu casa está en Yernan?" Zhuang Qi Yan preguntó para confirmar.

"Sí. No está muy lejos".

Es cierto que no está demasiado lejos, sólo hay unas decenas de kilómetros hasta la casa de Lin Er. Pero está muy aislada, rodeada de montañas y agua, y las carreteras que llevan desde el pequeño pueblo al mundo exterior siguen siendo en su mayoría caminos de barro. Tiene sólo dos carreteras asfaltadas construidas en los últimos años.

Ya en la noche, llegaron a un pequeño condado del sur de Yernan, que no estaba lejos de la casa de Lin Er.

"¿Qué pasa?" preguntó Zhuang Qi Yan, al notar que Lin Er no se había movido durante mucho tiempo y sólo miraba fijamente por la ventana.

Lin Er lo miró y respondió: "Fui al instituto que está por aquí".

"Hm." Zhuang Qiyan no es muy bueno hablando para ajustar la atmósfera y solía responder siempre de esa manera. Pero cuando estaba con Lin Er, la atmósfera era obviamente diferente y, por primera vez, Zhuang Qi Yan quería decir algo más.

Después de pensar durante un rato, Zhuang Qi Yan se frotó la frente y dijo: "Puedes venir a pasear cuando tengas tiempo". Aunque estas palabras fueron duras y rápidas, esto era realmente un gran avance para Zhuang Qi Yan.

Lin Er sintió que Zhuang Qi Yan lo estaba consolando, y su corazón comenzó a tener una sensación de anticipación mientras le pedía tentativamente: "Sr. Zhuang lléveme y puede regresar".

Temía que Zhuang Qi Yan se resintiera y que lo malinterpretara, y no se atrevió a decir más, por miedo a cometer más errores.

El coche se detuvo en un hotel, que era el mejor que se podía encontrar allí. Zhuang Qi Yan salió del coche y extendió la mano para ayudar a Lin Er, que se apoyó en su brazo. Y hasta que entraron en el hotel, Lin Er siguió agarrado a la manga de Zhuang Qi Yan.

Zhuang Qi Yan sabía que Lin Er se aferraba a él, pero no dijo nada, y pidió al guardaespaldas que les consiguiera dos habitaciones. Zhuang Qi Yan lo condujo al piso de arriba y dijo: "Duerme aquí esta noche primero, levántate por la mañana y ve a tu casa."

"Hmm." Lin Er inclinó la cabeza y soltó lentamente el brazo de Zhuang Qi Yan. Se dio cuenta de que llevaba un rato tirando de él y sus orejas estaban un poco enrojecidas.

"No es seguro caminar de noche. Baja conmigo a cenar más tarde". Zhuang Qi Yan abrió la puerta para Lin Er y luego se dirigió a su propia habitación.

Por la noche, Lin Er llamó a Jiang He, dijo que tomó el dinero y ya estaba en el hospital con la ayuda de sus familiares. Se alegró y entristeció al saber que su hijo había ido para verla.

"Mamá, está bien. Me preocupo mucho cuando estás sola. No vine durante el Año Nuevo chino, te extraño mucho".

Jiang He también lo extrañaba mucho. Ella sabe que la vida de su hijo no era fácil. Ella está en casa y no quiere causarle problemas, pero le pasó esto.

Después de colgar el teléfono, Lin Er sintió un poco de frío. Después de caminar por la habitación, descubrió que las ventanas estaban cerradas, pero aun así hacía frío. Lin Er tomó su ropa y fue a tomar una ducha caliente, pero no podía salir del baño por el mismo frío.

Al final, descubrió que el aire acondicionado en la habitación del hotel siempre estaba encendido. Lin Er encontró el control remoto del aire acondicionado e intentó apagarlo. Quiso desenchufarlo, pero estaba demasiado alto, entonces siguió pensando. Finalmente, se vistió y se dirigió a la habitación de Zhuang Qi Yan.

"Sr. Zhuang, Sr. Zhuang" Lin Er llamó varias veces y nadie respondió, entonces pensó que podría haberse quedado dormido. Regresó a su habitación e intentó llamarlo, pero no respondía.

Al final, Lin Er fue a buscar al personal del hotel. Cuando el personal de mantenimiento arregló el aire acondicionado, eran más de las once.

Lin Er finalmente apagó la luz y se tumbó cómodamente en la cama, y comenzó a dar vueltas, pensando que Zhuang Qi Yan no debía haberlo oído.

"¿Es sordo desde la infancia?" Lin Er pensaba que Zhuang Qi Yan no era lo que la gente había rumoreado que era, que era alguien que tenía todo desde que nació. Al pensar en eso, un vago dolor inundó su corazón.