Tras Quedar Embarazado del Hijo del Presidente

Capítulo 23

En la primera noche de la estadía de Lin Er en Xiangshan, él era el único en toda la casa. Después de todo, Lin Er era un hombre. Aunque no se sentía aterrorizado, no estaba acostumbrado. Antes de las diez de la noche, Lin Er no tenía nada que hacer. Después de lavarse, estaba listo para irse a la cama. Después de apagar las luces del dormitorio, Lin Er estaba acostado en la cama, incapaz de conciliar el sueño, mirando fijamente al techo.

Justo cuando estaba tratando de conciliar el sueño, de repente sonaron dos silbidos afuera. Después de un rato, Lin Er sintió que había movimiento en la planta baja, escuchó pacientemente durante un rato, se levantó y se puso las zapatillas, abrió un poco la cortina y miró el haz de luz de la planta baja.

Lin Er pudo ver claramente que el rayo de luz provenía de los faros traseros de un automóvil. De repente tuvo una pequeña expectativa en su corazón, como un niño que quería comer dulces.

Después de ver que el automóvil entraba lentamente en el garaje, Lin Er rápidamente se quitó los zapatos, se tiró de nuevo en la cama y se cubrió la cara con la colcha.

¿Vendrá el Sr. Zhuang y abrirá la puerta para mirarlo? Entonces, pensaba en si debía fingir estar dormido o despertarse y hablar con él. Los pasos de Zhuang Qi Yan se acercaban y Lin Er cerró los ojos.

Como esperaba, la puerta se abrió suavemente, Zhuang Qi Yan se quedó allí durante tres o cuatro segundos, y estaba a punto de cerrar la puerta cuando Lin Er se incorporó de repente.

"¿Aún no te duermes?"

Eran casi las doce en punto. Vivir solo en esta enorme casa no es nada bueno. Estaba desesperado por hablar con alguien, eso es todo.

"No puedo dormir."

"¿Quieres un vaso de leche caliente?", La voz de Zhuang Qi Yan era tan ligera que no podía leer ninguna emoción. Se podría decir que era un caballero gentil, o se podría decir que contenía su impaciencia. Solo podría saberlo si mirara su expresión, pero en este momento, estaba oscuro, y Lin Er no podía saberlo en absoluto.

"No, voy a dormir ahora", Lin Er se acostó nuevamente y se tapó con la colcha, pero sus ojos aún estaban bien abiertos, esperando que Zhuang Qi Yan se fuera.

"Estaré en mi estudio ocupándome del trabajo, así que ven a verme si no te sientes bien."

"Sí, bueno".

Cerró la puerta y Lin Er se dispuso a dormir en serio. Zhuang Qi Yan tenía una reunión en su estudio con varios ejecutivos de la empresa, y sólo se durmió cuando casi amanecía.

Lo primero que hizo Lin Er al levantarse fue dar de comer al gato, luego cocinó una pequeña olla de gachas de arroz negro, hizo dos pasteles de huevo y preparó un par de platos pequeños. Pensó en preparar dos desayunos, pero no sabía cuándo se levantaría Zhuang Qi Yan.

"Buenos días". Lin Er no esperaba que Zhuang Qi Yan se levantara tan temprano, ¿no estuvo trabajando hasta tarde anoche?

Zhuang Qi Yan le dedicó una leve inclinación de cabeza y ayudó a Lin Er a terminar con el desayuno.

Conversaban cuando estuvieron juntos en Yehnan, aunque la mayoría de las veces era Lin Er quien iniciaba la conversación. Probablemente porque el ambiente de Yehnan hacía que ambos se relajaran. Ahora, volvió a ser todo formal, y, sin siquiera un motivo para entablar una conversación, los dos terminaron el desayuno en silencio.

Finalmente, cuando Zhuang Qi Yan salió, tuvo algo que decirle a Lin Er, que estaba de pie junto a un arbusto de flores de luna a medio florecer. Entonces, Lin Er se detuvo para escuchar atentamente a Zhuang Qi Yan.

"Yo... puede que no esté aquí todos los días, así que llámame si necesitas algo."

"Sí."

Cuando Zhuang Qi Yan se alejó de su vista, Lin Er se sentó perdido en sus pensamientos en un banco de piedra, mirando la hermosa y escalofriante villa, hundiéndose solo en una interminable soledad y depresión.

Si Zhuang Qi Yan no venía, ¿con quién podría hablar, qué podría hacer? ¿Y cómo podría sobrevivir a los largos meses de soledad cuando el único atisbo de expectativa que tenía cada día haya desaparecido?

Hacia el mediodía, Zhuang Dou se acercó con una joven, diciendo que era la nutricionista encargada de las comidas de Lin Er y que sólo se encargaría de sus tres comidas a partir de hoy.

La nutricionista fue especialmente contratada por Zhuang Qi Yan. Estaba en sus veinte años, parecía alguien muy energética. Desde el momento en que entró a la casa había estado hablando con Zhuang Dou con una sonrisa.

Lin Er escuchó ruido en el piso de abajo, y sus pies se movieron rápido mientras bajaba las escaleras, parecía como un niño que al día siguiente se iría en un viaje escolar.

Cuando Zhuang Dou vio el aspecto de Lin Er, se rió a carcajadas y dijo: "Te aburres como una ostra, ¿verdad? El joven maestro me pidió que te trajera una nutricionista".

"Hola". Lin Er sonrió hacia la mujer.

La mujer se acercó y estrechó la mano de Lin Er, presentándose: "Hola, me llamo Qin Zhen".

Lin Er miró fijamente a la mujer llamada Qin Zhen, y sintió que algo le resultaba familiar, pero no podía saber dónde la había visto. Zhuang Dou puso una mano en el hombro de Qin Zhen, parecía que se conocían. Incluso, Zhuang Dou llamaba a Qin Zhen "hermana Qin" una y otra vez.

Finalmente, mientras Qin Zhen empezaba a trabajar, sacó a Lin Er de la cocina en silencio, y le habló a Lin Er al oído: "Te cuento que Qin Zhen es la hija de mi tía, es la prima del joven maestro".

"¡¿La señorita Qin es la prima del señor Zhuang?!"

Zhuang asintió y se encogió de hombros: "Ella volvió a casa después de mi tía. No está especialmente ocupada ahora y vendrá a hacerte compañía la mayor parte del tiempo".

Como si recordara algo, Zhuang Dou se apresuró a ir a la cocina y le dijo que se quedaría a almorzar, sólo para ser rechazado por Qin Zhen: "¡No! No he traído tantos ingredientes y no me habías avisado".

"Sabes, hermana Qin, no puedo comer bien en absoluto en casa del joven maestro, son almuerzos de caja de la empresa o comida para llevar, yo, tarde o temprano estaré anémico, con la presión arterial baja y desnutrido."

Qin Zhen se sintió tan acosada por Zhuang Dou que tuvo que prometerle a éste que se lo haría la próxima vez.

Antes de que pudiera decir nada más, Zhuang Qi Yan lo llamó por teléfono, y tuvo que volver corriendo con cara de mala gana.